Saben un artículo parecido a este lo escribí en 2019 y tuvo bastante repercusión en los médicos nacionales sanitarios.
5 años más tarde y el déficit de médicos sigue de forma crónica y crónica. Es deja vu y un deja vecu integrado en nuestra memoria.
La realidad sanitaria volverá, una vez más, este año a ser portada día sí, día no de los medios. Nos faltan médicos. Y esto es una situación que se ha ido normalizando, aceptándose de forma pasiva y resignada. Las excusas son variadas y siempre hay chivos expiatorios por parte de la administración. La impotencia nos invade a todos.
Seguimos instalados en la sobrecarga asistencial, el exceso del número de tarjetas sanitarias, la gran asistencia de desplazados, la falta de sustitutos, el desgaste profesional, la sensación de maltrato por parte de la administración y el sentimiento de que la Atención Primaria precisa, más cuidados e incentivación. Cada verano asistimos a la vergonzante acumulación de tarjetas que soportan, cuando uno de ellos se va de vacaciones y no hay sustitutos y tiene que atender su desmesurado cupo y el de su compañero. Y qué decir de las urgencias hospitalarias, que trabajan a destajo.
Hace tres años, un magnífico centro de salut de Palma, todos los médicos del citado centro mostraron su gran preocupación por el verano que se avecinaba y la falta de sustitutos para hacerle frente a la sobrecarga asistencial que deberían soportar. Este documento lo enviaron a los 52 coordinadores de todos los centros de Salut.
Todos compartieron el posicionamiento y las medidas que planteaban: Limitar la actividad asistencial por las tardes, no realizar domicilios, compartir sustitutos y cerrar unidades básicas. Medidas transitorias pero muy acertadas y realizadas desde una postura reflexiva y un compromiso ético con los pacientes a los que se debe garantizar una asistencia de calidad.
Esta valiente postura se basaba en la preservación de la relación médico paciente y en la seguridad de los pacientes que en un contexto de sobrecarga está en riesgo de quiebra y deterioro.
No les hicieron ni caso. Este año , con la que se avecina , las medidas que expusieron, serían muy adecuadas . ¿ Se atreverá el Ib salut ?
Bien, para captar y retener médicos es necesario un aumento de recursos presupuestarios para lograr una mejora importante y necesaria en la incentivación, teniendo en cuenta que somos una comunidad importadora de médicos y que tenemos un importante déficit de ellos.
Tenemos 3 posibles fuentes de recursos: un REB como Dios manda, que Madrid, ahora que está Sánchez empoderado y la presidenta del Parlamento es Francia Armengol , reparen su deuda histórica con 1.200.000 ciudadanos de las Baleares nos pague la deuda sanitaria de 2.800 millones de euros que arrastramos desde 2002, con más de 300.000 habitantes más , - a quien se le ocurre negociar y aceptar las trasferencias 100 euros menos por habitante que la media española-, lo que repercutió en el endeudamiento posterior para construir hospitales y centros de salut.
Y que una parte de la ecotasa turística sea una ecotasa sanitaria. El argumento es muy sencillo, los turistas que nos visitan consumen muchos recursos sanitarios, muchas urgencias son intoxicaciones etílicas de turistas que ingieren alcohol y sustancias tóxicas desde la noche a la mañana y el fenómeno defenestrador llamado balconing tiene una vertiente sanitaria evidente.
Los ciudadanos eligen Baleares por su excelencia turística, pero entre ellas por su seguridad y su sanidad.
EL año pasado 153 millones. 17 millones de turistas. ¿Porque no repartir entre las tres islas una parte económica, para sostener la sanidad y más en verano que está sobrepasada y que necesita más médicos?
Abramos el melón y pregunten a los ciudadanos de aquí, que también pagamos ecotasa turística.
¿Hasta cuándo estaremos con una indemnización de residencia raquítica, que penaliza la calidad de los servicios públicos y que no está actualizada desde el 2007 y que es responsabilidad autonómica para el sector docente y sanitarios?
Dos de ellas dependen de Madrid y una de nosotras. Ahora es una buena ocasión para mostrar musculo político en la capital y recuperar nuestra maltrecha autoestima pasando del sometimiento y la resignación a la confrontación si es necesaria.
Pónganse de pie, señores políticos y defiendan a su tierra y a sus ciudadanos que para eso les hemos votado. Estamos hartos de oírlos hablar del estado del bienestar y ver que a la hora de la verdad, eligen la genuflexión. Atrévanse. Tengan coraje.
Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.