El pasado lunes comparecieron ante la Comisión de Investigación en el Congreso de los Diputados, Francina Armengol, Iago Negueruela y Manuel Palomino. Dicha Comisión de Investigación tiene como objetivo esclarecer los detalles de la compra de material sanitario por parte del Govern balear a la empresa Soluciones de Gestión durante la pandemia y depurar las presuntas responsabilidades políticas, si procede.
Hay que admitir que no cabe depositar en ella mucha esperanza, pues la experiencia ha demostrado que las Comisiones de Investigación no persiguen esclarecer nada ni arrojar luz, sino desgastar al rival político con conclusiones alcanzadas de antemano, sin que haya mucho lugar para la sorpresa.
Sin embargo, para los comparecientes es una oportunidad de oro para rendir cuentas ante la ciudadanía, explicando con toda transparencia y responsabilidad la gestión realizada en el asunto objeto de escrutinio.
Desde este punto de vista, hay que lamentar que la expresidenta del Govern, Francina Armengol, optase por reiterar los argumentos defendidos hasta el momento y negar cualquier tipo de conocimiento previo sobre la empresa Soluciones de Gestión, pero sin despejar las dudas e incoherencias sobre la contratación de la empresa de Koldo García. Sus respuestas evasivas han generado más preguntas que respuestas.
Por citar sólo una de sus tesis, resulta increíble que se pretenda hacer creer que el Govern no sabía que agentes de la UCO de la Guardia Civil habían estado en el Servicio de Salud para obtener una copia del expediente de la compra de mascarillas a la empresa investigada. Y aún más inverosímil es que Armengol diga que tal diligencia de la Policía Judicial se enmarca en la “normalidad democrática”.
La declaración de Iago Negueruela también fue decepcionante. Lejos de asumir la menor responsabilidad por la compra mediante procedimiento de emergencia otorgados a aquella empresa, el exportavoz del Govern persevera en sus acusaciones contra el Govern del PP, intentando desviar la atención de forma poco convincente.
La deposición de Manuel Palomino tampoco, pese a revestirse de pura gestión administrativa, adoleció de rigor, cuando fue incapaz de explicar con solvencia por qué se tardó tres años en reclamar a Soluciones de Gestión y únicamente se hizo el día antes de abandonar el Govern. Dijo que se hizo en plazo, pero eso no aclara la razón de la tardanza.
Es una lástima que los líderes socialistas hayan dejado pasar una oportunidad de oro para disipar toda sombra de duda sobre la gestión del Govern en aquellas fechas tan difíciles y aciagas. Y esa actitud poco transparente pasará factura tarde o temprano.