El Castillo de Alaró, un elemento valiosísimo del patrimonio arquitectónico histórico de Mallorca, está en peligro inminente de derrumbe, lo que exige una acción urgente por parte del Gobierno de España, puesto que el Estado sostiene que es el titular de la finca.
El riesgo inminente de colapso de algunos elementos de la estructura del emblemático Castillo requiere una actuación pronta y efectiva para asegurar su salvaguarda.
El Castillo de Alaró es mucho más que una estructura arquitectónica antigua y catalogada como Monumento Histórico Artístico desde 1931. Es un símbolo de la historia y la cultura de Mallorca. Su pérdida sería irreparable y afectaría profundamente a un elemento de valor incalculable.
La inacción de las autoridades estatales y de la Delegación del Gobierno ante este riesgo de derrumbe es alarmante. El Gobierno de España, sostenido por la coalición de PSOE y Sumar que preside Pedro Sánchez, tiene la responsabilidad de proteger y conservar el patrimonio cultural del país, y no puede eludir su deber en este caso crítico.
El Consell de Mallorca solicitará al Ministerio de Cultura, en una reunión prevista para el próximo día seis de mayo, la cesión de la propiedad, lo que podría facilitar la ejecución de las obras necesarias para salvar las murallas en peligro. Sin embargo, se requiere una respuesta rápida y decisiva por parte del Gobierno para garantizar que estas negociaciones avancen de manera efectiva.
El deterioro del Castillo de Alaró, favorecido en parte por la dificultad orográfica de la zona y la complejidad que conlleva la ejecución de cualquier trabajo constructivo y de rehabilitación, que suelen requerir el uso de helicópteros para transportar materiales hasta la cima de la montaña, ha llegado a niveles inaceptables y debe actuarse sin dilación.
La preservación del patrimonio histórico y cultural es una responsabilidad compartida que no puede ser ignorada. Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde.