SOCIEDAD

38 menores víctimas de abusos sexuales están pendientes de atención psicológica en Baleares

(Foto: J. Fernández Ortega).

Falta de personal

Marina Forteza | Viernes 19 de abril de 2024
El alarmante número de casos de niñas, niños y adolescentes que sufren abusos sexuales en Baleares se constata en lo desbordada que está la unidad de tratamiento psicológico que ofrece el Govern. A día de hoy, 38 víctimas están esperando para recibir este servicio, clave tras revelar los abusos y después de un largo proceso judicial al que tienen que hacer frente. Se trata de la Unidad de Tratamiento de Abuso Sexual Infanto-juvenil (UTASI), que en 2023 atendió a 73 menores, lo que supone un aumento considerable a los 53 de 2022.



Actualmente, hay 100 menores en tratamiento -derivados de Protección de Menores- mientras 38 están en lista de espera debido a la falta de personal. En 2022 ya había un total de 33 víctimas en espera.

Fuentes de la Conselleria de Famílias y Asuntos Sociales explican que esta problemática "viene de hace muchos años", y que se ha ido alargando la lista de espera debido a que los cinco psicólogos especializados con los que cuenta la unidad son insuficientes.

En este sentido,desde la Dirección General de Infancia, Juventud y Familias aseguran que están trabajando para ofertar nuevas plazas y así contratar más especialistas. Las sesiones necesarias son, de media, entre 20 y 25 al año, y el tratamiento dura en gran parte de los casos hasta dos años.

La Unidad de Tratamiento de Abuso Sexual Infanto-juvenil (UTASI) ofrece apoyo psicológico a vícitmas de abusos sexuales menores de edad y sus familias protectoras, es decir, que mantienen la custodia. En caso contrario, las víctimas son atendidas por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS).

El aumento de casos de abusos sexuales a menores se ha disparado los últimos años: mientras en 2022 la UTASI atendió a 53 menores, en 2023 la cifra pasó a 73. Desde el año 2009, en la UTASI se han atendido más de 700 casos.

MESES DE ESPERA PARA UN TRATAMIENTO "FUNDAMENTAL"

Los expertos explican que la atención especializada en estos casos debe ser inmediata, ya que sobre todo necesitan "ser conscientes de lo ocurrido". La lista de espera provoca no solo que tengan que esperar meses para recibir apoyo profesional para paliar los efectos tanto físicos como psicológicos, sino que en muchos casos acaban desistiendo del tratamiento cuando les llega el turno.

Cabe especificar que los casos que atiende la UTASI son aquellos que tienen procedimiento judicial abierto y, por tanto, está acreditado por forenses que el menor ha sufrido abusos. Esto último supone un factor clave para el tratamiento que reciben las víctimas, ya que el informe permite a los especialistas conocer los detalles del caso y que el menor no tenga que volver a exponerse a la dificultad de contar lo ocurrido.

Carolina Moñino, una de las psicoterapeutas de la UTASI, explica que las víctimas "llegan asustadas por tener que ser preguntadas por lo mismo, y esto les alivia".

La mayoría han sufrido abusos por parte de adultos de su entorno, y el paso por la UTASI, tras meses de espera, supone el último eslabón desde que revelan lo ocurrido. "Nuestro objetivo principal es que puedan mejorar su día a día, que desarrollen correctamente la etapa vital en la que se encuentran y evitar consecuencias futuras", relata Moñino, quien además resalta la importancia de que acudan a la terapia no solo los niños, sino las familias protectoras y otras personas de su entorno cercano "para que sepan cómo ayudarles".

Incluso en caso necesario, desde la UTASI se pide la presencia de responsables del colegio o del instituto, así como de pediatría.

PREVENCIÓN

El servicio integral de la UTASI ayuda también a preparar a las víctimas emocionalmente en caso de recibir citación judicial, además de cómo manejar sus vidas más allá de lo sucedidopara que puedan salir adelante". "El proceso siempre lo marcan ellos, y los terapeturas nos adaptamos a su ritmo. Si tras el tratamiento necesitan volver, tienen las puertas abiertas", añade.

Por otro lado, la intervención terapéutica incluye una rama socioeducativa, enfocada en la prevención: que sepan qué es lo que les ha ocurrido y porqué está mal.

Carolina Moñino, junto a Carmen Ruiz y Elena González plasman el trabajo realizado cada día en un libro titulado 'Poniendo alma al dolor', donde además de las fases de la terapia, se aborda la luz que surge tras sufrir el dolor.

El servicio de la UTASI trabaja con un modelo de intervención en el que la base está sobre el vínculo entre terapeuta y víctimas y que puedan aprender a lidiar con sentimientos como la culpa, la vergüenza, la rabia y la tristeza.

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