Inicialmente, el objetivo era cubrir las casi 4,000 millas náuticas que separan Cádiz de San Salvador en menos de 21 días, sin embargo, las condiciones meteorológicas adversas retrasaron su llegada. "La meteorología no ha permitido coger la ruta más corta, he tenido que bajar muy al sur para mantenerme en la zona de vientos favorables y hacer muchas más millas de las previstas", explicó Aina. Finalmente, recorrió aproximadamente unas 4.800 millas en 31 días, con velocidades punta que han alcanzado los 18 kilómetros.
Aina se ha enfrentado a una meteorología impredecible a lo largo de toda la travesía. Durante la primera fase del viaje, se topó con tres frentes fríos. Aunque la llegada a las Canarias fue positiva, experimentó algunas horas de baja velocidad debido al desvente en las islas. Más tarde, al adentrarse en el Atlántico, tuvo que descender más hacia el sur debido a la proximidad del anticiclón de las Azores. En la travesía por el Atlántico central, se encontró con alisios que se intensificaron gradualmente, con días de vientos superiores a los 25 nudos y olas de hasta 4 metros. Finalmente, al aproximarse al Caribe, una sucesión de hasta 4 frentes fríos bastante activos le causaron un viento más variable y, sobre todo, lluvias con intensidades considerablemente elevadas.
Más allá del desafío mundial, esta travesía representó un desafío personal para Bauzà. "Era la primera vez que estaba tantos días sola a bordo y el primer cruce del Atlántico". Durante más de 16 días, no avistó ningún rastro de vida humana, siendo solo en aguas caribeñas, cerca de la llegada, cuando se cruzó con el primer carguero. “Lo ví en el AIS y no me lo podía creer, había un barco cerca, tuve que verlo con mis propios ojos”. También se sorprendió al encontrar una gran cantidad de basura en el océano “Encontré un fluorescente de cocina o envases, tuberías,... Me daba mucha lástima porque me era imposible recogerlo a la velocidad que navegaba”.
Aina ha ido compartiendo en directo en las redes sociales y ahora planea compartir esta experiencia en un corto documental que se producirá en los próximos meses, narrando cómo fue vivir a bordo de una embarcación de 6.5 metros durante un mes sin las comodidades habituales: sin cama ni cocina ni un baño.
La navegante prepara ahora la vuelta a Europa, el Redó by Ànima Negra vuelve a Mallorca a bordo de la flota de Peters & May, colaborador de esta aventura. A pesar del éxito, Aina está ansiosa por nuevos retos y proyectos, aunque ahora le gustaría compartir la experiencia de navegar con más gente y aprender de otros navegantes.
"He navegado sola, pero esto no hubiera sido posible sin todo el apoyo recibido"
Este proyecto ha contado con el respaldo de numerosos patrocinadores y socios, entre ellos, destaca Ànima Negra que ha sido el principal respaldo de Aina del inicio de su carrera oceánica y otras empresas mallorquinas como Astilleros de Mallorca, cuyo apoyo fue fundamental para preparar el barco para este desafío. Además, B&G ha patrocinado la electrónica a bordo, Omniaccess ha facilitado la conexión satelital, PL Sails ha contribuido con el diseño de velas específicamente para el Redó, y Robline se encargó de la cabuyería, entre otros colaboradores cuyos detalles pueden encontrarse en el sitio web del proyecto.