Los gritos de auxilio de la víctima fueron los que alertaron al conductor de que había alguien debajo de su coche.
El sueceso tuvo lugar de madrugada el pasado 20 de enero en la calle Cabrera, alrededor de las 5.00 horas, cuando un vehículo deportivo accedía a su parking habitual y, presuntamente sin darse cuenta, atropellaba mortalmente un hombre que estaba tumbado en el zaguán.
Al detenerse, vio los pies de la víctima entre los dos ejes de su coche mientras el herido pedía que parase y le sacase de ahí. Ayudado por su hijo, ambos consiguieron liberarle y llamar enseguida a los servicios de urgencia que le trasladaron a Son Espases, donde finalmente fallecía días después, el 24 de enero. Al lugar de los hechos acudió tambíen una dotación de la Unidad de Vehículos de Accidentes (UVAC) de la Policía Local.
El atropello le había provocado graves contusiones; presentaba el abdomen aplastado y varias costillas rotas.