OPINIÓN

Me niego a normalizar la corrupción

mallorcadiario.com

Patricia Guasp | Lunes 26 de febrero de 2024

Llevamos años asistiendo a la normalización de la colonización de las Administraciones Públicas por parte de los partidos y a la normalización de la metástasis de la corrupción política en la gestión pública. Y ¿desde cuándo dejó de penalizar electoralmente? Aunque no es de extrañar, la verdad, son ya tantos ... Sin embargo, yo me niego a normalizar la corrupción.

Esta última semana, el caso de ‘Koldo & Ábalos’ ha venido a recordarnos que no se puede ni se debe bajar la guardia en la lucha contra la corrupción política. Porque los delincuentes no siempre actúan con pasamontañas, sino que forman parte de lo más granado de las instituciones. La corrupción sigue ahí y negarla es un error imperdonable.

Los españoles no merecen que ni un solo euro suyo vaya a pagar contratos ficticios, mascarillas fake, comisiones, vacunas Covid VIP, privilegios, mordidas, prostitutas de políticos sin vergüenza, que manchan la política, dañan la imagen de nuestro país y de la sociedad española. Aunque el Partido Socialista piense que ‘el dinero público no es de nadie’, como se atrevió a decir Carmen Calvo, por aquel entonces Vicepresidenta del Gobierno y ahora colocada como Presidenta del Consejo de Estado. Porque mientras piensan en los suyos, se olvidan de ti y de los tuyos. Y mientras algunos se llenan los bolsillos, en España faltan médicos, docentes, financiación para los enfermos de ELA, o para inversión en sanidad, investigación y en innovación.

La realidad es que numerosos estudios comparados nos dicen que las regiones con mejor gobernanza y menor corrupción tienen mayor prosperidad y calidad de vida. No es de extrañar, puesto que cada euro defraudado supone un euro menos para los ciudadanos, sacado de sus impuestos, y una losa más en la confianza en la clase política.

¿Por qué los de siempre, los amigos de la corrupción, los partidos dopados con tanta corrupción, le tienen tanta manía a la transparencia, a la ética y al control?. Porque la regeneración, la eficiencia del gasto, la lucha contra el fraude en la gestión pública y la transparencia garantizan que los recursos públicos acaben en políticas sociales, educación y salud y que no acaben en sus redes clientelares y en las cloacas de la corrupción política. Porque los de siempre, utilizan la corrupción solo como arma arrojadiza partidista cuando están en la oposición, pero no aplican la regeneración cuando gobiernan. Y la realidad nos muestra como no existe un compromiso contundente con la regeneración para tener una democracia de mayor calidad y con mejor salud.

Mirad, si algo ha quedado claro en estas últimas décadas, es que el poder corrompe, y ‘el poder absoluto corrompe absolutamente’, como bien decía Lord Acton. Por eso es importantísimo evitar la perpetuación de las personas en política; lamentablemente, germen y semilla de corrupción. Y la corrupción destruye la confianza de los ciudadanos en las instituciones.


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