Sebastián Oliver, presidente del Sindicato Independiente Espartano Seguridad (SIES), habla con mallorcadiario.com sobre el "desamparo legal" que sufren los vigilantes de la seguridad privada, un sector que considera "muy castigado" en una comunidad autónoma como es Baleares "con altos índices de criminalidad". Los vigilantes llevan años reclamando ser reconocidos como agentes de la autoridad: "Golpearnos sale gratis", lamenta, lo que se une a un trabajo poco reconocido que se mantiene en la sombra. En este sentido, Oliver aboga porque la seguridad privada sea una herramienta más de la policía: "Si se nos reconciera como tal , la policía contaría con 2.500 agentes más, y además gratuitos".
Actualmente, y según explica, hay en Baleares 2.500 vigilantes de seguridad privada, aunque casi un 30 por ciento se va al paro, como fijos discontinuos, cuando acaba la temporada turística. A pesar de ello, la realidad es que hacen falta agentes, especialmente durante muchos de los eventos multitudinarios que acogen las islas. "Eso no significa que hagan falta más vigilantes, no hay puestos fijos vacantes", denuncia Oliver.
La solución para el sindicato pasa por traer de fuera refuerzos durante eventos concretos, "no por saturar el sector".
Para ser vigilante se requiere de un título, mediante un periodo de formación y unos exámenes regulados por el Ministerio del Interior, aunque admite que hay especial intrusismo en la isla, donde además "es muy complicado trabajar de vigilante por los altos índices de criminalidad". Para ello, defiende la necesidad de más protección: "Antes que la falsa apariencia de trajes que den sensación de seguridad, deberíamos llevar chalecos, guantes anticorte...". Especialmente difícil es ser vigilante en centros penitenciaros, en la Estación Intermodal u hospitales.
A pesar de ello, Oliver recuerda que el plus de peligrosidad es de apenas 20 euros al mes, lo que se une a estar desamparados legalmente. "Golpear a un agente de seguridad sale gratis", denuncia, ya que no están reconocidos, tal y como llevan reclamando años, como agentes de la autoridad.
"Hace años éramos vigilantes jurados y nuestro trabajo era más fácil de llegar, nos tenían más respeto". Tras el cambio, se eliminó y pasaron a ser vigilantes sin autoridad.
La imagen que tiene la ciudadanía de los vigilantes de seguridad es "muy negativa", vincualda a "la poca visibilidad del sector". "Apenas se nos respeta, cuando la mayoría de las veces somos nosotros los que actuamos en un primer momento cuando se comete un delito; nuestro trabajo siempre está en la sombra". Los límites de actuación son claros; pueden detener pero nunca interrogar, y son dispuestos a los agentes de policía en cuanto llegan.
Es por todo ello que Oliver reclama que la seguridad privada sea una "herramienta más" de los cuerpos policiales, ya que "muchos establecimientos, como el aeropuerto, tiendas de alta gama u hospitales tienen seguridad privada y somos nosotros los primeros en actuar ante cualquier delito.". "Si se nos reconociese como agentes de la autoridad, tendrían 2.500 agentes más gratuitos". Desde el sindicato creen que esto no haría peligrar los puestos de polícia, "sino un complemento más de su trabajo".
Para Oliver, esta reinvidicación histórica no se va a producir "si desde las academias se fomentan los cursos onlinne, lo que pone en duda que salga gente preparada, es absurdo". "Por miedo a que pueden ver nuestro trabajo como si intrusistas cuando deben tener capacidad de custoridar personas y bienes". "Es como si para ser policía tuvieras que hacerlo online", concluye.