OPINIÓN

¿Genuflexión? Yes

Miguel Lázaro | Jueves 01 de febrero de 2024

No hay dudas sobre el concepto de genuflexión, desde el Wikipedia, el diccionario de la RAE, la wordreference.com y el diccionario etimológico de Chile la definen como “la acción y efecto de doblar la rodilla, bajándole hacia el suelo, ordinariamente en señal de reverencia.”. Para los cristianos, la genuflexión es una señal de respeto y debe hacerse al principio y al final de la Misa, ante el sagrario, inclinando la rodilla derecha.

Bien, en la escenificación parlamentaria de hace dos días asistimos a 121 genuflexos rogando a siete diputados de Junts, que votaran una Ley que ellos mismos habían pactado. Patético y vergonzoso, porque lo hicieron hincando las dos rodillas, pero ni por esas.

La humildad que conlleva el acto de arrodillarse no conmovió al grupo cuyo líder juro hacer mear sangre al seudolider que actualmente es el presidente de España. Hace falta cuajo y algo más para optar por la genuflexión, en la que va a estar instalado Sánchez durante el tiempo que dure esta legislatura.

Se empieza por la genuflexión y se acaba con la bota encima del cuello, una vez que los independentistas saben de que tu vulnerabilidad es tu adicción al poder y tu idiosincrasia psicológica. Cueste lo que cueste y a cualquier precio. Hace falta una megasumision para ser cómplice de esta genuflexión colectiva en la que el Psoe muestra una deriva hacia la claudicación estética y ética. No tienen límites y encima levantan un muro. El mundo al revés.

La posición genuflexa tiene que ser transitoria y es la indicada cuando, por ejemplo, es la vía rectal la más indicada para tratarse con supositorios, pero si es crónica (y parece que en esta legislatura lo va a ser), puede ser un factor de riesgo de problemas rotulianos y osteoarticulares en la rodilla de los genuflexos.

Si esto sucede, desde la perspectiva psicosomática, significa que se está viviendo – según las reflexiones que hace Mireya Larruskainun conflicto emocional de desvalorización relacionado con la acción de arrodillarse, de doblegarse a los demás, de someterse a alguien o a algo.

Son conflictos de obediencia, de sumisión a la autoridad real o simbólica. Situaciones de imposibilidad de actuar según los propios deseos, resistencia a someterse a la ley del padre.
«Me obligo a hacer» o «me obligan a hacer». Es una muestra de mi «sometimiento». De lo que me «pesa» hacer. Siento que debo entregar resultados obligadamente, y que si dejo de hacer algo le fallo a los demás y me fallo a mí mismo. Me quejo y puedo contestar, reclamar, incluso puedo decir o gritar que ya no haré más tal cosa, pero la sigo haciendo.

Indica problemas en la adolescencia, relacionados sobre todo con la sumisión al padre, la obligada obediencia y el deseo de no ceder.

Si a mí me duelen las rodillas quiere decir que soy una persona necia, testaruda y que prefiero el dolor a doblegarme ante ideas o consejos de los demás. Este dolor me dice que debo ser más flexible y me impide doblegarme/arrodillarme ante quien no deseo hacerlo, me ayuda a estar en COHERENCIA (Sentir, pensar y hacer lo mismo)”

En fin, veo que en un futuro van a necesitar una plantilla de fisioterapeutas en el Congreso, una tonelada de ibuprofeno y almax y una partida extra para supositorios, si es posible de un laboratorio catalán.

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.


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