Como cada año la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals ha realizado su Marató para recaudar fondos para investigación sanitaria, este año dedicada al tema de la salud sexual y reproductiva.
La recaudación de este año, aunque no acabada, ha sido sensiblemente inferior a la de los últimos años, dedicados a otro tipo de enfermedades o problemas sanitarios. Este hecho está siendo atribuido, sobre todo por opinadores contrarios al concepto mismo de la Marató, a un agotamiento de la fórmula o a una inadecuación intrínseca de la misma; también hay quien considera la crisis económica persistente y la inflación asociada, que está en un nivel muy alto para los alimentos y la vivienda.
Lo adecuado o no del concepto es para otro momento. Es cierto que puede haber un cierto agotamiento, o estancamiento, de la fórmula y también que la crisis económica y la inflación pueden haber influido, pero en 2020 ya había crisis, derivada de la covid 19 y se recaudaron casi catorce millones para la propia covid 19; en 2021, con crisis galopante, se recaudaron doce millones para salud mental y el año pasado, con crisis e inflación, once millones para salud cardiovascular. La razón para una bajada tan espectacular, menos de seis millones que, al final, serán como mucho siete, hay que buscarla en el tema elegido: la salud sexual y reproductiva.
Por desgracia, ha quedado claro que determinados temas siguen siendo tabú, siguen generando rechazo, ocultación y vergüenza, así como que aquellos que afectan primordialmente a la mujer, o son percibidos como tales, siguen despertando la misoginia y el machismo inherentes de nuestra sociedad y la falta de empatía y de compasión de una parte importante de la misma, que incluye a muchas mujeres, para más vergüenza.
La salud sexual y reproductiva afecta a toda la población, tanto a varones como a mujeres, pero es cierto que determinados tipos de consecuencias afligen de modo mayoritario y a veces exclusivo al género femenino y ello genera ignorancia, displicencia, desatención e incluso desprecio y verbalizaciones inaceptables que bordean, o directamente caen en el odio, el insulto y la agresión verbal, de lo que participan, insisto, también muchas mujeres, para su eterna vergüenza.
Una parte, digamos biempensante, de los ciudadanos (y ciudadanas) es contraria a la educación sexual de los niños y niñas y a hablar abiertamente de las enfermedades e infecciones de transmisión sexual, precisamente una de las consecuencias de la ausencia de formación en materia sexual, sobre todo entre los adolescentes y adultos jóvenes y que están en el origen de muchos de los problemas de salud y reproductivos que aparecen más adelante en la vida.
Y todo lo que afecte a las mujeres es considerado poco importante y excesivo por parte de ellas. Si una mujer se queja de dolores menstruales incapacitantes o de hemorragias excesivas y dolorosas, es habitualmente tratada de exagerada, o considerada histérica, o quejica aprovechada para ausentarse del trabajo. La endometriosis, causa de menstruaciones abundantes y dolorosas y de graves problemas de infertilidad, ni siquiera era considerada un asunto grave por muchos médicos. Los problemas de los embarazos, de la lactancia, las enfermedades mamarias, incluido el cáncer, la menopausia y todo el corolario psíquico-emotivo que conllevan han sido tradicionalmente minusvalorados, cuando no ignorados, por gran parte de la sociedad, incluyendo los profesionales sanitarios.
La mayor virtud de esta Marató será, al final, más que la recaudación concreta, haber puesto de manifiesto la importancia de la salud sexual y reproductiva y el inmenso camino que nos queda para concienciarnos de su importancia, así como de la necesidad de persistir en la demolición de los prejuicios y clichés misóginos y machistas que como sociedad aun tenemos sobre todo lo que afecta a la salud femenina y a las propias mujeres en su integridad.