OPINIÓN

Amnistía, Financial Times y violencia

Emilio Arteaga | Martes 14 de noviembre de 2023

En medio del huracán de protestas contra la amnistía desatado por el PP y Vox, junto con la mayoría de medios de comunicación sitos en Madrid y casi todo el estamento judicial, llama la atención la escasa atención que se ha prestado al editorial de hace unos días del Financial Times, que la consideraba “una apuesta que vale la pena intentar, incluso aunque no sea por las razones correctas”, en referencia al hecho de que Pedro Sánchez, que antes se mostraba contrario, haya decidido optar por ello más por motivos de supervivencia personal que por convicción de la bondad de la medida.

La historia política está llena de decisiones que se tomaron sin convencimiento, incluso a regañadientes y que después se revelaron positivas y hasta exitosas. El editorial del periódico británico hace hincapié en esta idea: la amnistía puede ser un buen movimiento para rebajar la tensión entre Catalunya y España y para iniciar un diálogo que permita acotar el problema dentro de los términos de la política y obviar el indudable factor de crispación y hostilidad que implica la persecución judicial. Dice literalmente que solo con la acción judicial no se solucionará la tensión, al contrario, aumentará. Es más, le advierte al líder del PP que solo con el “ojo por ojo” nunca se conseguirá arreglar el conflicto.

Parece un posicionamiento intelectual razonable que merecería la pena intentar, pero, al menos de momento, no es probable que Núñez Feijoo esté predispuesto a explorar, ni en la posición de poder hacerlo, estando como está sometido a la presión asfixiante de la posición inflexible de Vox y de las voces intransigentes procedentes de su propio partido, en concreto de Aznar y Díaz Ayuso.

Muchas veces los extranjeros ven nuestros asuntos con más claridad que nosotros, puesto que no participan del inevitable sesgo que padecemos cuando estamos metidos de lleno en una situación de confrontación interna y, más aun, cuando se trata de un tema tan emocional que, ineludiblemente, nubla la capacidad racional. Ellos, desde el exterior, sin el componente pasional, pueden juzgar la situación con ecuanimidad y una sugerencia como la del Financial Times debería ser tenida en cuenta por nuestros políticos.

Además, los británicos son gente pragmática, lo han demostrado en múltiples ocasiones a lo largo de la historia y escucharles cuando emiten una opinión tan arriesgada como esta suele ser un ejercicio beneficioso. Lamentablemente, el PP, junto con Vox y los jueces, ha promovido un movimiento de oposición feroz a la amnistía, con una pedagogía tan intransigente y de trazo tan grueso que ha calado en sus seguidores y buena parte de la ciudadanía española, por lo que ahora mismo y por bastante tiempo va a ser imposible ningún cambio de postura, ni siquiera insinuación, en ese sentido.

Pero lo que sí debería considerar el PP es la necesidad de rebajar la tensión, no sea que se les vaya de las manos. Cuando se utilizan, de entrada, argumentos tan desaforados y fuera de medida como: golpe, atentado a la democracia, imposición de dictadura, España se rompe y otros similares, no pueden extrañarse de haber creado una situación potencialmente incendiaria, algo que unos políticos que afirman ser moderados no deberían haber hecho nunca.

El PP debería desmarcarse públicamente de modo inequívoco de la violencia y ello implica separarse de Vox, que está utilizando una retórica y haciendo unos llamamientos que, esos sí, son antidemocráticos y muy peligrosos, solo hay que fijarse en los símbolos y banderas que ondean los manifestantes que vienen provocando altercados violentos en las manifestaciones de Madrid de estos últimos días.

Al final, si tu único compañero de viaje es Vox, estarás prisionero de su estrategia y su retórica.


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