OPINIÓN

¿Y ahora qué?

Santiago Fiol | Martes 03 de octubre de 2023

El pasado viernes pasó lo previsto en la segunda votación del debate de investidura y el candidato Núñez Feijoo obtuvo más votos negativos que afirmativos. Eso es la realidad.

El pueblo habló el mes de julio y otorgó más votos al PP presidido por Núñez Feijoo que a ningún otro partido, no pongo en entredicho las reglas del juego que eran conocidas por todos antes de las elecciones, lo que si me chirría es que se tengan que juntar veinticinco partidos para derrotar a uno solo en el Congreso, no hay duda que es legítimo de acuerdo a la legislación pero desde el punto de vista de la decencia, digamos que algo mal huele. Eso, mi olfato y mi intuición, me dice que no es lo que pretendíamos los que fuimos a votar.

Ahora el Jefe del Estado, el Rey inicia una nueva ronda de consultas para elegir a un nuevo candidato a la investidura, probablemente designe Sánchez-Castejón; ¿y que le va a explicar al Monarca? Que pactará con quienes quieren exiliarle y con quienes quieren independizarse del Reino de España y que además, si sale elegido el candidato, deberá sancionar el propio Rey el pacto alcanzado.

El problema será que el Rey no oirá a esos independentistas sus planes de ruptura, de destrucción, de su propia voz pues esos señores son tan valientes que huyen de España metidos en el maletero de un coche, no fuera que le viesen y si se escondía y huía es porque tenía la convicción de que algo malo había hecho. Yo no me escondo, no lo necesito, de hecho no conozco a nadie que huya en los maleteros de su coche, que personalmente podría hacer las cosas mejor, imagino que como todo el mundo pero de ahí a fugarse cual cobarde sumo en el maletero media un abismo.

Estamos atascados, y lo estamos por la falta de patriotismo y sentido de Estado de los líderes de los grandes partidos. En la Alemania unificada no han dudado el SPD y la CDU en firmar la gran coalición y regir los destinos del país, aquí somos incapaces de hacer un acto político de esa grandeza y generosidad. El Rey, en un borboneo discreto, debería encerrar a Sanchez-Castejón y Núñez Feijoo en un despacho y que no saliesen de ahí hasta haber alcanzado un acuerdo. Eso sería bueno para los españoles y no los bodrios de gobierno que tendremos, ¿no se da cuenta el gobierno interino las imbecilidades que ha publicado en el BOE estos últimos años?.

Es hora de que en España se empiece a legislar también para las mayorías, aquellos que pagan las fiestas de la legislación para las minorías, y especialmente un gobierno que nos deje trabajar y sacar a nosotros, la sociedad civil, el país adelante, como ha ocurrido siempre.

Las desprestigiadas empresas demoscópicas nos dicen que si en enero fuésemos a elecciones el resultado, con apenas retoques, sería el mismo que en julio, y eso me da pie a citar una frase que una persona sabia a la que admiro de verdad me ha remitido, es de Tolstoi, los dos guerreros más poderosos son la paciencia y el tiempo.

Pues ya sabemos los españoles lo que hay, tiempo y paciencia, tiempo para sacar el país de la quiebra y paciencia hasta quitarnos de encima esa generación de políticos que, solo en ropa, no aguantan la hemeroteca, ya no les digo yo en declaraciones políticas.

Sánchez-Castejón aspira a la presidencia del gobierno de nuevo y espera conseguirlo con nuestra chequera y con saltarse la Constitución, y ahí estaremos los que creemos en el estado de derecho y en la libertad defendiéndola. Si quiere modificar la Constitución que lo intente, en el propio texto legal explica cómo debe hacerse pero para hacer eso sabe que necesita los votos del PP, la única solución es la gran coalición, lo demás son mamarrachadas.

Para acabar, como siempre, citando a Unamuno, me duele España.


Noticias relacionadas