El expresidente ha explicado que tras la “veloz suspensión realizada por la FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español”, ha indicado.
No ha mencionado a la jugador Jenni Hermoso ni el incidente del beso del pasado 20 de agosto en Sidney pero Rubiales ha insinuado injerencias en su caso: “Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta. Ahí está la gestión de mi equipo y, sobre todo, la felicidad que me llevo por el enorme privilegio de estos más de cinco años al frente de la RFEF”
Y ha continuado: “No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo”.
“Debo mirar adelante, mirar al futuro. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo”, ha afirmado.
Rubiales ha concluido deseando mucha suerte a los trabajadores, asambleístas, federativos y gente del fútbol en general y dando las gracias a “aquellos que me han apoyado en estos momentos”