OPINIÓN

Colapso democrático

mallorcadiario.com

Patricia Guasp | Lunes 04 de septiembre de 2023
A poco más de tres semanas de la sesión de investidura de Nuñez Feijóo, a todas luces fallida, y tras más de tres meses con el país paralizado, me considero en condiciones de asegurar que esto se debe a un colapso democrático.

Este año el nuevo curso político llega marcado por una enorme división de bloques. Y me atrevería a hablar no solo de bloqueo institucional sino de ‘colapso de nuestro sistema democrático’. Lo hemos visto en estas últimas elecciones generales en las que se ha votado solo a la contra de uno de los dos bloques, para acabar decidiendo el futuro gobierno las minorías propiciadas por una sobre representación de escaños, que no de votos, que hace que los votos de los españoles no valgan igual. Y que quede claro que son los que deciden pactar con partidos sobre representados llevan a nuestro sistema democrático al colapso.

Ante este contexto, somos muchos los que coincidimos en que el futuro de la gobernabilidad de España no puede estar en manos de partidos nacionalistas excluyentes que no representan ni el 1% de la población española. Y hace mucho que somos más bien pocos los que defendemos una urgente reforma de la LOREG y la necesidad de buscar fórmulas para lograr un sistema electoral más proporcional entre votos y escaños y fijar un umbral mínimo del 3% del voto nacional para poder entrar con representación en el Congreso de los diputados. Una reforma de la Ley electoral ambiciosa que ninguno de los partidos tradicionales se ha atrevido nunca a emprender, obviamente por razones partidistas de supervivencia. Y de esos polvos, estos lodos en los que ambos partidos han metido a nuestro país. Más que en una democracia, vivimos en una partitocracia con el inmovilismo como receta que ha sido la gran ruina para España.

Esta reforma convertiría nuestro sistema electoral en un sistema más proporcional y más justo y además evitaría la situación actual de ingobernabilidad y de dependencia continuada de los chantajes independentistas a los que parece que esta sociedad teledirigida, anestesiada y hastiada ya haya normalizado.

Primero se empezó a normalizar la colonización de la Administración pública por el bipartidismo. Después llegó la normalización de la metástasis de la corrupción política en la gestión pública. Cada vez más se ha normalizado en nuestro país votar con la nariz tapada a la contra y se ha acabado normalizando la subversión de la voluntad del legislador y de los votantes con prácticas de trilerismo político como son las cesiones de diputados para que los partidos independentistas constituyan grupo propio en el Congreso a cambio de dar las mayorías no conseguidas en las urnas.

No es tiempo de ponerse trágicos como si se tratara de una obra de Sófocles, sino de acabar de una vez con esa anestesia partidista y mediática que se ejerce desde hace un tiempo sobre los ciudadanos cada vez menos libres y más colectivizados. Comienza un nuevo curso y tenemos una nueva oportunidad de ser libres, de tender puentes sin depender de los totalitarios excluyentes para desbloquear nuestro país y de dejar de seguir dividiendo y colectivizando a los españoles.


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