Lo intentó una y otra vez, a veces pareciendo que lo hacía desde demasiado lejos, y dejando la duda de si no gastaría demasiadas fuerzas para conseguir su objetivo, pero la belga dejó patente que en esta ocasión era, sin ningún genero de dudas, la más fuerte.
Kopecky, que ya tenía siete entorchados mundiales en pista, se quedó en solitario a falta de 5,5 kilómetros cuando por fin pudo soltar a la última de sus rivales, la danesa Cecilie Ludwig que finalmente terminó hasta perdiendo la segunda plaza.
La belga pudo disfrutar y saborear el título cruzando en solitario la línea de meta como nueva y gran campeona sucediendo a la neerlandesa Annemiek van Vleuten. La medalla de plata fue para la neerlandesa Demi Vollering y la de bronce para Ludwig.
Los 154,1 kilómetros del recorrido entre Loch Lomond y Glasgow, con siete vueltas al duro, selectivo y complicado trazado de la ciudad escocesa, los completó Lotte Kopecky en un tiempo de 4h.02m.12s. a un promedio de 38,175 km/h.