El Ayuntamiento de Palma ha denunciado este jueves "un caos heredado" en la EMT, con 85 buses parados por averías, así como "pérdidas de 30.000 euros al mes por tener parados los buses de hidrógeno", que se compraron por cinco millones y que "no pueden circular por la falta de este tipo de combustible debido a que la planta de Lloseta lleva año y medio sin funcionar"
El alcalde de Palma, Jaime Martínez, ha denunciado este jueves acompañado del regidor de Movilidad, Toni Deudero, "el caos heredado" en la EMT, con un total de 85 buses averiados.
Ante esta situación, Martínez ha defendido que mediante "un plan de choque", "el Consistorio ha conseguido pasar de 85 buses inactivos a unos 60", y que "se han habilitado 11 cargadores más para los eléctricos, siendo así 12".
Los cinco autobuses de hidrógeno que compró Hila por cinco millones suponen pérdidas de 30.000 euros al mes por tenerlos parados.
De momento, el consistorio ha explicado que "no han encontrado ninguna solución". El problema radica en la planta de hidrógeno de Lloseta, inagurada por el Ejecutivo de Armengol, y que lleva año y medio sin funcionar.
"Govern y Cort sabían perfectamente que no había hidrógeno en la isla para cargar los cinco autobuses", ha sentenciado Martínez.
También ha detallado que "están buscando alternativas" porque, si se opta por importar el combustible, "los autobuses se cargan por debajo de su capacidad, concretamente a un 18 por ciento, que a su vez permite una autonomía de apenas una hora" y que traer hidrógeno de fuera no es una opción, ya que estos buses necesitan que la presión del combustible está aproximadamente a unos 350 bares" y, "por motivos de seguridad, sólo se permite transportar a 200 bares".
“Creo que ahora nuestra responsabilidad es buscar otras alternativas para poder poner en circulación estos vehículos de hidrógeno”. "Las cosas se han de hacer una detrás de otra. La planificación y coordinación deben estar por encima de la propaganda electoral", ha concluido el alcalde.