Los pescadores tuvieron que luchar hasta siete horas para poder extraer el ejemplar. Luego, una vez pesado, fue trasladado hasta la Lonja de Palma donde fue subastado a un precio de diez euros el kilo.
En la zona, es habitual que se pesquen atúnes que oscilen entre los 100 y 150 kilos. La magnitud de esta pieza sorprendió a los presentes y llenó de orgullo a sus artífices.
Cabe recordar que, en julio del pasado año, el atunero ibicenco Alatxa de Jaume Coll capturó un atún rojo de 380 kilos y casi tres metros de longitud, el más grande registrado en aguas baleares.
En aquella ocasión, el atún encontró su destino en un restaurante de Santa Eulalia.