OPINIÓN

VOX y los jóvenes

Gabriel Le Senne | Jueves 25 de mayo de 2023

Algunos acusan a VOX de ser extrema derecha antidemocrática. Sin embargo, yo sólo veo —y, ahora, desde dentro— un partido que defiende los derechos y libertades democráticos, precisamente, porque la democracia no es sólo votar, sino sobre todo el respeto a los derechos fundamentales que toda persona posee por el mero hecho de serlo. El Estado no concede esos derechos: sólo tiene el deber de reconocerlos.

Por ejemplo, los niños tienen derecho a educarse en su lengua materna. Lo reconoce hasta la UNESCO, pero también lo decían los nacionalistas cuando les convenía. Ahora que ellos lo han conseguido para sí, están encantados de vulnerar los derechos de los niños del resto. Sólo VOX los defiende, al proponer la libre elección de la lengua de enseñanza por parte de los padres.

Otro aspecto elemental de la libertad educativa consiste en el derecho de los padres a elegir la educación que desean para sus hijos. El artículo 27.3 de la Constitución lo recoge: "Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". Pero sólo VOX lo defiende: los demás imponen cada vez más ideología política en la enseñanza.

Los jóvenes lo notan, y por eso distintas encuestas señalan la popularidad de VOX entre ellos. Los jóvenes (y las jóvenas, por supuesto) son de natural rebeldes, contestatarios, y notan que VOX es hoy la resistencia frente a una serie de ideas incoherentes y falaces. Los jóvenes son idealistas y buscan de frente la verdad, sin componendas. A menudo son mucho más consecuentes y valientes que los mayores, temerosos y excesivamente prudentes, que dicen cosas como “no te compliques la vida” o “no te signifiques”. Cosas que a los jóvenes —en esto me siento joven— nos causan cierta repulsa.

Un joven detecta la mentira y la injusticia y reacciona; no puede dejarlo estar. No puede hacer la vista gorda y seguir con su vida por simple interés o comodidad. Un joven ve que dicen que VOX es extrema derecha, pero luego nos lee o escucha y comprueba que le han querido engañar. Un joven ve que le hablan continuamente de la ‘violencia de género’ y el feminismo, pero luego comprueba que hace décadas que existe igualdad de derechos y que las mujeres también pueden ser malas, y que las leyes desprotegen al varón sólo por serlo, en perjuicio de todos, porque la injusticia perjudica a toda la sociedad.

Un joven enseguida se hace cargo de que ayudar al débil es un deber moral, quizás lo mejor que podemos hacer en esta vida; pero que eso es muy distinto de ayudar al vago o al espabilao que se aprovecha de los demás; que para que la sociedad funcione es preciso que todos trabajemos juntos —co-laboremos—, y que para eso debe respetarse la propiedad y dejar de castigarse el ahorro.

Un joven llega a la vida sin prejuicios y con la mente abierta, y enseguida puede darse cuenta de que debería ser normal poder exhibir la bandera de tu país, como en todos los países del mundo, y más si juega el mundial tu selección. Un joven puede darse cuenta de que hay que respetar todos los idiomas y regiones, cada una con su cultura y tradiciones, sin que eso deba significar romper el país en pedazos, porque aunque compartamos ciertas cosas en cada región, el joven cuando sale de su casa se da cuenta de que también compartimos muchas otras cosas con jóvenes de regiones distintas, y que también podemos admirar y querer esas otras tradiciones suyas, que quizás compartieron nuestros propios ancestros.

Un joven, en fin, valora enormemente su libertad: no le gusta que le encierren por una enfermedad que no le supone un problema, ni que le impongan ideas, ni que le digan lo que tiene que hacer. Y menos aún que le mangoneen e intenten imponérselas con disimulo.

Y pese a que esté en una etapa en la que le toca explorar el mundo, en el fondo siente y agradece enormemente que su familia esté siempre ahí, brindándole un apoyo que rara vez falla. Desde luego, sabe que el Estado no la sustituirá para mejor. Y sabe que aunque a veces sean un empreño, sus hermanos son un regalo del cielo, y que ojalá tuviera más, y que por desgracia ahora hay pocos niños y demasiadas separaciones. Porque el joven quizás aún no lo sepa del todo, pero se va dando cuenta de que no hay nada más grande que el amor para siempre: aquel en el que puedes confiar a ciegas.

Por esto y mucho más, a los jóvenes les gusta VOX, y por eso, aun con todos los elementos en contra, no perdemos la esperanza.


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