La diputada de Podemos y candidata a la alcaldía de Palma, Lucía Muñoz, afirma que las camareras de piso de los hoteles “limpian 28 habitaciones al día. Más de 500 camas al mes”. Lo dice alguien cuyo partido integra el Gobierno de España y el Govern de les Illes Balears. Constata con sus palabras –con su tuit, mejor sería decir–, que el colectivo de “kellys” sufren explotación laboral y confiesa que nada se ha hecho para reducir esta carga de trabajo, a todas luces excesiva y que es la causa principal de las enfermedades que afligen la salud de estas trabajadoras.
Sin embargo, para la izquierda, que ha salido en tromba a despellejar a la candidata a presidenta del Govern por el PP, Marga Prohens, porque dijo en una televisión local que lo de las camas elevables que la Ley de Turismo aprobada esta legislatura es "la mayor tontería que hemos oído en política".
De este modo, el problema es lo que diga Prohens y no las 28 habitaciones que deben limpiar las “kellys”, cuyas representantes se muestran indignadas, a la par que muy felices porque les pongan una plaza en la Platja de Palma, o una exposición en Bruselas, o que las inviten al Consolat de Mar a tomar el té y les pasen la mano por la espalda.
De las demandas de mejoras laborales, del reconocimiento de las enfermedades profesionales, de la jubilación anticipada, ya nadie se acuerda. Ya nadie reclama que les rebajen la carga de trabajo, ni ellas siquiera. Parecen darse por satisfechas con unas palmadas en la espalda y que se cambien miles de camas de hotel, cosa que pagaremos todos. Pero seguirán haciendo 28 habitaciones cada día. ¿Por culpa de Prohens? No es Prohens quien gobierna y a quien hay que responsabilidad de que las jornadas laborales de las limpiadoras de piso sean un infierno.
Pronto hará ocho años que gobierna la izquierda en Baleares, pero la culpa de los problemas importantes sigue y seguirá siendo del PP. Y de los hoteleros, ¿verdad? Hay que verlo para creerlo.