OPINIÓN

La vida no es una fiesta de cumpleaños

Beatriz Vilas | Jueves 16 de febrero de 2023

Ayer vino a visitarme un cliente que tiene un sentido del humor fantástico y cuando estábamos hablando de su mujer me comentó que su mujer parecía vivir en dauna continua fiesta de cumpleaños, con sus payasos, sombreritos y silbatosss.

El comentaba: “mi mujer se cree que la vida es una fiesta de cumpleaños y que todo lo que ocurre en ella tiene que llevarle a la felicidad y el placer, incluido el trabajo, la relaciones personales y todo en general. Me pareció un símil fantástico, ya que son varios los clientes que me hablan de el concepto de felicidad como algo recurrente.

Son personas que viven pensando que todo lo que les ocurre les tiene que llevar a la felicidad y esto es por el concepto erróneo que nos han vendido de esta misma.

Los demás no te dan la felicidad o te la quitan, eres tú el que decides cómo tomarse las cosas que te ocurren.

Hoy una clienta me hablaba que tenía un hijo asperger y que para ella había sido un regalo porque cada día aprendía muchísimas cosas de él.

Incluso tenía un trabajador en su empresa con este problema y ella había sabido gestionarlo fenomenal.

Recientemente otro cliente me hablaba de que un trabajador se quejaba de que no era feliz en el trabajo y él exclamó: “¿es que acaso se viene a ser feliz al trabajo?”.

Yo intento que mis trabajadores sean felices pero evidentemente el puesto de trabajo conlleva muchas veces enfados, molestias y realizar tareas que muchas veces no me hubieran gustado desempeñar.

Hemos pasado de estar picando piedra y con la obligatoriedad de estar trabajando 14 horas al día, a estar teletrabajo desempeñando nuestra labor desde casa, con un horario flexible y siendo felices con lo que hacemos, la mayor parte del tiempo y nos seguimos sintiendo mal.

Desde mi punto de vista, es un error de concepto, pensar que todo lo que hacemos nos tiene que llevar a ser felices.

Hay personas que nunca lo serán porque ponen su felicidad en manos de los otros, de un jefe que les habla mal, de un compañero que les da problemas, o de un cliente que les grita.

¿Acaso creen Uds. que yo soy feliz continuamente en mi trabajo?

Les aseguro que muchos días me encantaría volar a Honolulu con un billete de no retorno e incluso, en los peores días, no levantarme por las mañanas.

Pero lo que hago esos días es dar cuatro gritos yo sola, decir 5 tacos, los cuales me sientan fenomenal y comenzar otra vez de cero al día siguiente.

Todo depende de la actitud que tengas en la vida y eso, queridos lectores, no hay una pastilla que se lo cambie, ni un terapeuta al que no hagan caso que pueda arreglarlo.

Muchas veces las personas acuden a nosotros pensando que les daremos un pócima mágica y no se dan cuenta que, mientras ellos no cambien su actitud, nada podrán hacer para mejorar sus vidas.

La felicidad son pequeños momentos, instantes en los que disfrutamos con un café dominical leyendo la prensa, un paseo por la ciudad con una buena amiga o una cena romántica con nuestra pareja.

Eso, queridos amigos es la felicidad, ni más ni menos.

Así que dejemos de comportarnos como Peter Pan, o como bien decía mi cliente, como si la vida fuera una constante fiesta de cumpleaños y crezcamos y asumamos las responsabilidades que nos tocan vivir.

De esta manera podrán disfrutar de esos pequeños momentos y serán conscientes de que realmente, la vida puede ser una fiesta cuando yo decida que así sea, no cuando los otros lo decidan de mi.

Cuando una persona deja un trabajo por no sentirse feliz, tendrá que dejar uno y otro continuamente, porque el problema le perseguirá constantemente, ya que el problema, sin lugar a dudas, será el mismo.


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