Hace poco leí un muy interesante estudio científico, A detailed look at sex injuries, que hablaba de los muchos peligros que, al parecer, conlleva una posible noche de pasión romántica en nuestro propio hogar. Dicho estudio alertaba, en concreto, de los posibles estropicios de carácter involuntario que puede llegar a provocar esa noche de pasión.
Según este estudio, los objetos que pueden resultar más dañados durante una noche así son la base de la cama —algo sin duda previsible—, así como también botellas, vasos de vino y tazas de té —que en España serían de café—, además de marcos de fotografías, cajones de las mesitas de noche, floreros, sillas, paredes, puertas y ventanas.
En el citado informe, muy completo y detallado por lo demás, se enumeran también los diez lugares que, en principio, serían los más peligrosos a la hora de intentar hacer efectiva esa pasión, citándose, por este orden, el sofá, las escaleras, el coche, la ducha, la cama, una silla, la mesa de la cocina, el jardín, el baño y el armario —sic—.
En cuanto a las posibles lesiones físicas que pueden sufrirse en los momentos de mayor arrebato amoroso, la lista que aparece en el estudio incluye esguinces de tobillo, torceduras en muñecas y rodillas, magulladuras en los hombros y en los codos, lesiones en los dedos, problemas musculares, molestias lumbares, tortícolis y quemaduras.
En las conclusiones de ese último apartado se nos dice que cada día 240 millones de personas en todo el mundo tienen relaciones íntimas y que al menos un tercio de ellas pueden sufrir algún tipo de lesión por este motivo a lo largo del año. Nada se nos dice, en cambio, acerca de cuántas de esas personas acaban finalmente en Urgencias y explican luego cómo han llegado hasta allí.
Si pensamos que ese impresionante balance de daños materiales y de magulladuras de todo tipo puede presentarse tras una noche de pasión que podríamos considerar como absolutamente normal y tradicional, no quiero ni imaginarme lo que les puede llegar a suceder a los seguidores más fieles y entregados de Anastasia Steele y Christian Grey.