El primero -que fue detenido durante la instrucción y pasó 20 días en la cárcel para después serle archivadas todas las causas- ha negado que desde su asociación dieran trato preferente al Grupo Cursach. "Era uno más" y "les tiré a degüello", ha dicho. "No podemos defender lo ilegal aunque sean asociados", ha indicado.
Una parte de su declaración se ha centrado en varios empresarios de Magaluf, que eran competencia directa de los locales del Grupo Cursach. Tirado ha afirmado, ante el letrado, que éstos hacían "de todo, de pollo, gallo y gallina". "Era un problema para la asociación porque había gente que se excedía de todo", ha afirmado.
Interrogado sobre un conflicto judicial que tuvo con un empresario de Magaluf, el presidente de Acotur ha subrayado que no cumplía la normativa de Medio Ambiente y de publicidad dinámica. "No cerraba las puertas y ventanas abiertas pasadas las doce de la noche", ha recalcado, a la vez que ha incidido sobre "el desastre" en los ayuntamientos de Palma, Calvià y Llucmajor respecto al cumplimiento de las licencias de actividad.
El presidente de Acotur ha calificado la declaración ante el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán como una "tortura".
"Penalva no me interrogaba, me decía lo que tenía que decir", ha afirmado, a la vez que ha subrayado: "Si no lo hacía, me repetía 'ya tendrá tiempo de reflexionar en la cárcel porque usted va para adelante".
"Pasó los veinte días peores de mi vida, esa pesadilla no la puedo olvidar", ha relatado, mientras ha insistido en las amenazas que también recibía de algunos empresarios que están personados en esta causa como denunciantes: "Me decían si tenía el petate ya hecho para la cárcel".
A continuación ha sido el turno del empresario Bruno de Silva, una declaración plagada de toques de atención y recriminaciones de la presidenta del Tribunal, Samantha Romero, por el tono de sus respuestas y las acusaciones -"aseveraciones"- vertidas.
En la última jornada, un agente de la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma aseguró que el fiscal Miguel Ángel Subirán puso "cosas" en su declaración que no había dicho. "Realmente las dijo Subirán".
Durante su comparecencia como testigo en el juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, este oficial, a preguntas del Ministerio Fiscal, ha subrayado que su declaración en vía judicial fue como "imputado, no como testigo".
Incluso, se ha referido a una palabra, "arbitrario", que el fiscal Subirán introdujo sobre el reparto del trabajo por parte del ex jefe de la Patrulla Verde, Gabriel Torres. "Hice la declaración después de estar 24 horas en los calabozos. El señor Subirán repetía de malas maneras 'usted miente, siga mintiendo'. Quería meterme miedo", ha afirmado.
En este sentido, ha calificado esa declaración como "muy sesgada" y ha recordado, ante preguntas de Antonio Martínez, abogado del ex director del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, que primó "el sentido de supervivencia y libertad".
"Comparecí con miedo, me sentí condicionado en mi declaración", ha afirmado, a la vez que ha subrayado que habló siendo "guiado" por el fiscal Subirán en sus respuestas: "A veces quedaba plasmado como si yo lo hubiese dicho, pero lo decía Subirán".
En todo momento, ha defendido la forma de hacer las sonometrías en los locales y ha insistido en que "no recuerda haber hecho nunca una inspección fuera o dentro del Grupo Cursach con la percepción de que estuviesen avisados". "Si lo hubiese percibido, habría avisado a mis superiores", ha recalcado.
A lo largo de sus respuestas a los abogados de la defensa, el policía local, que ha presumido de 24 años de servicio, ha subrayado que la mayoría de locales multados eran "multirreincidentes" en delitos. "No hubo actuaciones desproporcionadas. Se levantaban actas si había alguna infracción. El problema es que infringían mucho".
Como agente de la Patrulla Verde, ha especificado que no ha realizado ni "una sola" acta de incautación de drogas. "Nos encargamos de la parte administrativa", ha confirmado el oficial de la Patrulla Verde, a la vez que ha negado que hubiesen actas falsas, "como me insinuaba el fiscal Subirán". "No he visto ningunas una vez que se levantó el secreto de sumario. A ver quién mentía", ha insinuado.
Previamente a este testigo, la ex inspectora del Grupo de Blanqueo de la Policía Nacional ha terminado la declaración que comenzó ayer. Durante su turno se ha anclado en el "no recuerdo" pese a las advertencias de la presidenta del Tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, Samantha Romero, sobre su actitud: "Tendrá efectos gravísimos".