OPINIÓN

El turismo que venía

Miquel Pascual Aguiló | Viernes 01 de julio de 2022

El pasado martes asistí, invitado por esta casa, a la presentación del libro “El turismo que viene 2”. Después, mientras leía el libro, me acordé que hace ya casi 40 años publiqué, en un periódico local el 24 de febrero del año 1983, un artículo que me permito reproducir:

“TURISMO Y DEPORTE"

De un tiempo a esta parte, el deporte ha logrado desenvolverse como elemento independiente en la promoción, desarrollo y acercamiento entre países e ideologías políticas. Todas las personas integradas en el mundo confuso, acogedor e intrigante del deporte, saben que, ante cualquier acontecimiento deportivo de altura, se producen una serie de movimientos publicitarios, promocionales y de imagen inexcusables porque el deporte competitivo es un reclamo para la atención de una gran parte de los ciudadanos.

De ahí que hoy reclamemos para Mallorca, como centro turístico de primera magnitud, los beneficios de promoción que conlleva una adecuada planificación de acontecimientos deportivos. Todos sabemos que nuestra dependencia del turismo es completa y que por ello, necesitamos una completa e inmediata reactivación de oferta que haga aún más apetecible nuestra tierra, tanto al foráneo como al extranjero, al tiempo que se hace inevitable renovar nuestra imagen, potenciando el turismo por canales hasta ahora no aprovechados en absoluto e, incluso, en algunos casos, menospreciados por nuestras bien pensantes cabezas turísticas. Aunque también es de ley reconocer que no todos, ni siempre, han adoptado esta nefasta postura. Y así, en el Primer Congreso Turístico de Mallorca, celebrado en 1979, en la sexta ponencia (de Promoción) se mencionaba el interés de programar acontecimientos deportivos y competiciones de atractivo turístico. También en el "Turismo de Baleares" de 1980 se mencionaba el tema, aunque de forma marginal.

Según los informes del Fomento del Turismo de Mallorca, en el "ranking" realizado en el año 1979 sobre las motivaciones principales que empujan al turismo a escoger Mallorca para sus vacaciones, la facilidad ofrecida para la práctica deportiva estaba situada en último lugar, en 1.980 en penúltimo lugar, seguida por el móvil de
recepción de publicidad, y en los años 1981 y 1982 la motivación deportiva regresaba a una penosa última posición.

La situación actual viene condicionada por una pérdida de competividad de nuestra oferta, no sólo en relación a otros países sino también en relación a otras zonas turísticas de España. Así por ejemplo, el Sur de España desde hace varios años ha puesto en práctica un ambicioso plan de desarrollo en instalaciones deportivas que
podríamos llamar de alto "standing" (potenciación de puertos deportivos, campos de golf, complejos polideportivos, etc.) que, a la par, que se ofrecen al uso y disfrute del vecino potencian la zona de cara al turismo.

En Mallorca contamos con una infraestructura turística que si bien es suficiente en números absolutos, resulta alarmantemente insuficiente en números relativos.
Tenemos un sistema de comunicaciones, de alojamiento que es más numeroso y mejor que el de nuestra competencia, pero ello se ha conseguido a costa de deteriorar el medio ambiente sin que este deterioro hay venido acompañado de otros elementos que, si bien no hubiesen compensado el desastre realizado, si hubiesen adaptado
nuestra reestructura a las demandas y exigencias de nuestros visitantes.

La nefasta política adoptada hasta hoy ha sido la de crear un bagaje de alojamiento (como si ello fuera un fin y no sólo un medio) y olvidar la necesidad de crear una oferta complementaria para la ocupación del tiempo vacacional, que es el motivo principal por el que se mueve el consumidor de nuestro monocultivo.

Estando así las cosas, necesitamos solventar los increíbles defectos que padece nuestra oferta turística, ampliando el muestrario de ventajas que puede ofrecer nuestra tierra.

El desarrollo del ámbito deportivo, sin ser la panacea de la reactivación turística mallorquina, ayudará a cubrir los objetivos prioritarios que tiene señalados nuestra principal industria: escalonar la demanda en el tiempo, aumentar los distintos recursos turísticos que posee el territorio, variar los motivos de la elección del lugar
de vacaciones e incrementar, por último, el nivel de gasto. Ante ello, dos son los frentes de actuación en materia deportiva que deben poner en funcionamiento para potenciar este aspecto en nuestra oferta turística. Uno referente a la infraestructura y otro a la promoción exterior.

La infraestructura de servicios debe adecuarse a la demanda de espacios deportivos, con lo que se variará y diferenciará la oferta. En segundo término, la promoción exterior debe realizarse llevando a nuestros potenciales clientes una imagen inédita de Mallorca, llena de vida y de posibilidades. Consecuentemente, esta promoción debe realizarse con vistas a lograr que se ocupen las instalaciones que se habrán puesto en marcha.

Dentro de esta promoción, otros dos son los campos de acción prioritarios. A corto plazo, es necesaria loa programación racionalizada de grandes competiciones deportivas que difundan el nombre de Mallorca a un nivel diferente al que se ha realizado hasta el momento. Estos acontecimientos merecen tratamientos especiales en todos los medios de comunicación, lo que supone publicidad directa que llega sin mediatizar hasta los probables clientes que reciben una visión diferente de Mallorca.
Espectáculos de calidad en los que participen deportistas que hagan que el nombre de Mallorca, unido al suyo, se propague y aparezca en todos los medios de comunicación tanto nacionales como extranjeros. De esta manera, nombres de ciudades como Melbourne, Cali, Osaka, Split, etc, se recuerdan principalmente por haberse realizado en ellas importantes competiciones deportivas.

A largo plazo, es importante y necesario dar a conocer las condiciones ambientales, climatológicas y de instalaciones a todos aquellos grupos, clubs, asociaciones y federaciones deportivas que no pueden practicar su deporte favorito en su país de origen durante largas temporadas, y que aquí pueden encontrar exactamente lo que necesitan: temperaturas agradables, buen tiempo, diversiones marginales y, lo que es mas importante, instalaciones a la altura de las suyas.

Debemos darnos cuenta de lo importante que es producir un movimiento de acercamiento de todos los deportistas tanto nacionales como extranjeros hacia Mallorca, convirtiendo a nuestra tierra en el lugar de invernada de todos los que sobre todo por motivos climatológicos, no pueden practicar su deporte en casa.

Turismo y deporte son, en fin, dos actividades complementarias con muchos puntos en común. Esta promoción además de más humana, es más eficaz que la que históricamente se está realizando. Por ello, creemos que es necesario ponerse a trabajar con un sentido realista de la situación, y con un conocimiento claro y exacto de a dónde quiere llegarse y qué quiere hacerse, empleando los medios humanos y materiales adecuados sin partidismos ni falsos prejuicios. Mallorca requiere esto y mucho más”.

Lo dicho “El turismo que venía”. ¿Capisci?


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