Leí un artículo, hace poco, ‘No son puteros, son personas’, de Alberto Olmos. "Es tu hermano, tu ex marido, tu marido, tu padre, tu mejor amigo, tu compañero de trabajo y tu actor favorito. También tu hijo. Cuando a estos hombres se les llama 'puteros' desde todos los titulares del país, suceden dos cosas: que no dejan de serlo en ningún caso y que la periodista (suele ser mujer) se siente moralmente superior por emplear esa palabra. Yo creo que moralmente superior es el que trata de ayudar a los demás, no de poner los pies sobre sus miserias para salir muy arriba en la foto de fin de curso de las buenas intenciones. Ese 'putero' es tu padre, esa es la verdad. Y ahora piensa cómo vas a ayudar a tu padre".
Destacaré varias cosas para situar, mínimamente, al hipotético lector. Se trata de un artículo que comenta otro artículo de una periodista que se refiere a los ‘puteros’. Los hombres que van de putas. La periodista los trata de manera muy despreciativa. Como si fueran a poner una bomba en un colegio. El autor del artículo, Olmos, los defiende sin pasarse.
¿Por qué sin pasarse? En primer lugar, habla de ‘sus miserias’, como si fueran apestados. Normalmente, cuando hablamos de ‘miserias’, nos referimos a una persona horrible que le ha robado el dinero a su abuela, o que ha abusado de un niño pequeño, o se aprovecha de las miserias ajenas, etcétera. Gente que ha caído muy bajo. Yo añadiría que se embolsa dinero público, o que manipula las instituciones para favorecer a su partido y otras miserias, que para algunas personas no son tan miserables como ir de putas. Aunque los socialistas, en Andalucía, hacían las dos cosas a manos llenas.
En segundo lugar, el autor se ve en la necesidad de decir- para que no se crean que participa de estas ‘miserias’- que él no ha ido nunca de putas. Y cree que no deberían llamar ‘puteros’ a los que van de putas. De todos modos, un putero es un puto machista, por definición. De nada.
Bien, vayamos al grano. Para empezar, alquilar el cuerpo (no vender, como dicen falsamente feministas y feministos) es algo que sucede desde hace más de dos mil años. En todo el mundo mundial. En todos los regímenes políticos. Siempre y en todo lugar. Si la ‘Ley Seca’, en Estados Unidos, prohibió vender bebidas alcohólicas, entre el 17 de enero de 1920 y el 6 de diciembre de 1933, y fue un rotundo fracaso, mucho más lo sería la prohibición de la prostitución.
Lo que hay que hacer es detener a los mafiosos y a los proxenetas, y regular las condiciones laborales (sanidad, seguridad social…) de las mujeres mayores de edad que quieran intercambiar, libremente, sexo por dinero. Aunque hay, aproximadamente, un veinte por ciento de hombres (o sea, ‘putos’), que hacen lo mismo que las putas.
Por otra parte, las feministas/feministos deberían revisar su famoso slogan, ‘la mujer decide’. Mujer empoderada y resiliente, se sobrentiende. Deberían cambiar este slogan por este otro:‘La mujer decide, salvo que nosotras -las feministas- estemos en contra". Ya no te creo, bonita.
Dejo para el final lo que me parece más decisivo. Hay una amplia cultura, religiosa y laica, que hace referencia al ‘puterío’, por activa y por pasiva. Se ha hablado mucho -y la Iglesia también- de la lascivia de los hombres, vinculada al ‘puterío’. El hombre es malo- entre otros muchos motivos- porque es lascivo.
Muchos habrán oído comentar con aire despreciativo: "Qué asco, siempre piensas en lo mismo". Dicho por una mujer a un hombre. Antes de seguir, dos palabras sobre la buena educación. Hay cosas naturales que no podemos evitar. Comer, por ejemplo. Pero es exigible comer educadamente, porque vivimos en sociedad. No molestemos a los demás comiendo como un cerdo de dos patas. Esto también es aplicable a las actividades sexuales, con las diferencias obvias.
Terminemos. Los hombres adultos, en general, producen más de veinte veces testosterona que las mujeres. Si las mujeres produjeran más de veinte veces testosterona que los hombres, habría largas colas de ‘puteras' para follar con ‘putos’, que alquilarían sus cuerpos por dinero. Feministas incluidas. Con las excepciones de rigor.
O sea, las mujeres producen, aproximadamente, entre 0,1 y 0,4 mg de testosterona al día, mientras que los hombres producen entre 5 y 7 mg diarios. Una de las diversas funciones de la testosterona, en los hombres, es incrementar la libido o deseo sexual.
Por tanto, menos moralina de progreso con perspectiva de género y más protección legal, de verdad, a las mujeres mayores de edad que quieran, libremente, intercambiar sexo por dinero. ¡Alberto, no te sometas a las propuestas pseudo-progresistas!
Y, ya puestos a pedir, que haya muchísima menos corrupción y despilfarro en la clase política. ¡Eso sí que es prostitución!
Un estudio de PSOE-Podemos afirma que el terremoto de Lorca (Murcia), en 2011, fue machista.
Las putas son unas santas al lado de esta cuadrilla de gilipollas incompetentes.
PD. Oltra rechaza dimitir tras ser imputada por el T.S. de Justicia de la C. Valenciana, por prevaricación, abandono de menores, omisión del deber de denunciar delitos y malversación.
Tranquilos, es un montaje de la ultraderecha.