OPINIÓN

Bill Gates, terrateniente

Opinión mallorcadiario.com

José A. García Bustos | Sábado 18 de junio de 2022

Bill Gates ha vuelto a anunciar la enésima catástrofe para la humanidad. En la cumbre que organizó recientemente en la revista Time, afirmó que la posibilidad de otra pandemia en los próximos 20 años, ya sea natural o intencional es superior al 50%. Eso significaría el fin de la sociedad, sentenció. Y, cuidado, Bill suele acertar.

El calificativo “intencional” que introduce Bill en su sentencia, llama la atención ¿Una pandemia intencional? Las pandemias suelen venir de los murciélagos, cerdos, aves o pangolines ¿no?

Entre Bill, el Foro Económico Mundial y la revista The Economist vamos de catástrofe en catástrofe. Que si viene una hambruna, que si otro virus más letal, que si el apagón de Internet… Que nos dejen tranquilos. Tanto se les nota que quieren sacar rédito del miedo que llegan a ser hasta cansinos. Hace unos años solo se hablaba del agujero de la capa de ozono y poco más. Nos prohibieron usar aerosoles quienes cogen su jet privado para ir a Davos.

Recientemente he recuperado un artículo de un conocido diario español del año 2001 que predijo que en 20 años las playas y no sé cuántos kilómetros de nuestras costas estarían bajo el agua por el cambio climático.

Durante estos últimos años, Bill Gates se ha convertido en uno de los mayores propietarios de tierras de Estados Unidos. En un total de 19 estados, Bill Gates posee más de mil kilómetros cuadrados, es decir, una extensión como siete veces la isla de Manhattan.

Pero en sus tierras no tiene cabezas de ganado porque dice que los pedos de las vacas aceleran el cambio climático y, al igual que Alberto Garzón, nuestro ministro de Consumo, desaconseja consumir su carne. Por el contrario, Bill es un firme defensor de la carne sintética y de sustitutivos basados en vegetales. Aunque su figura no lo trasluzca, dice que hay que abandonar el consumo de carne para salvar el planeta aunque sea a base de regulación.

Bill parecería un altruista empedernido que vela por los intereses de la humanidad si no fuera porque la carne vegetal sobre la que pregona está hecha, en gran parte, de vegetales que se cosechan en sus extensiones de tierra. Además, Bill ha invertido grandes sumas de dinero en empresas de carne sintética.

El círculo vicioso al que juega Bill en el que uno gana y todos pierden, es bien conocido: Crea un problema; lo aderezza con una gran dosis de miedo; la gente y los gobiernos aclaman la solución que aporta y él se llena los bolsillos. Su solución es que para detener el cambio climático hay que prescindir de las vacas y comprar hamburguesas elaboradas a base de plantas provenientes de sus terrenos o de tejidos desarrollados en sus laboratorios.

Veamos si existe una secuencia similar con las vacunas contra la Covid: Bill predice un virus planetario unos años antes de que llegue. Su fundación lleva a cabo unos meses antes de que tenga lugar, una simulación sobre los efectos de una pandemia; cuando llega, se dice que es mortal y que conviene correr para desarrollar una vacuna, saltándose las fases clínicas normales por la urgencia del momento. Los gobiernos compran millones de dosis y las televisiones abren cada día con la cifra de muertos. La gente asustada acude en masa a la vacunación y se criminaliza a los que no se inoculan. Millones de vacunas se han suministrado para cubrir tres dosis por paciente. Se acaba de anunciar la cuarta. Bill posee más de tres millones de acciones en Biontech, empresa socia de Pfizer.

Bill se hará más rico todavía y comprará más tierras. Los demás agacharemos la cabeza y confiaremos en Bill y en papá Estado para aliviar nuestro miedo. Hasta les proporcionaremos nuestras propiedades privadas y ofreceremos nuestros servicios por el interés común. Nos quedaremos sin nada. Pero seremos felices.


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