OPINIÓN

El suicidio en España, una enfermedad silenciosa

Beatriz Vilas | Jueves 12 de mayo de 2022

No es la primera vez que hablo de este tema en este espacio. Durante estos años, en un par de ocasiones he sacado a relucir este tema que tanto me preocupa, ya que veo la soledad que padece nuestra sociedad y lo mal que se encuentran las personas cada día.

En mi último libro, 'La imagen de tu alma' (https://beatrizvilas.com/ebook-la-imagen-de-tu-alma/), relato historias de personas que han llegado al extremo de no querer seguir viviendo y que no encuentran un camino para seguir hacia adelante.

Esta es una realidad que, por desgracia, está muy latente en nuestras calles y en mi despacho la veo más a menudo de lo que me gustaría.

Cuando paseamos por la calle, vemos a personas tristes, vacías, cuyas caras nos delatan hastío y resignación. Gente corriente que no quiere seguir viviendo, a la que le cuesta mucho avanzar cada día, y es normal que sea así, puesto que, cuando te cuentan sus vidas, muchos de ellos se sienten realmente frustrados y su día a día se les hace lamentoso.

Vivir no es un asunto sencillo y nunca lo fue. Los que tienen memoria histórica deberían de recordar las historias de sus abuelos o bisabuelos a principios del siglo XX. ¿Acaso piensas, querido lector, que entonces era sencillo vivir?

Si tuviéramos la capacidad de verlo con perspectiva, la mayoría de nosotros vivimos mucho mejor que lo hacían nuestros antepasados, solo que nosotros no tenemos esa capacidad de verlo con esos ojos, sino que somos mucho más cortoplacistas y nos comparamos con cómo estábamos hace 20 años, o 10, tal vez.

Es bien cierto que hemos perdido calidad de vida, poder adquisitivo, estatus. Y, sobre todo, esperanza de vida, que para mí ha sido la mayor pérdida. Antaño teníamos planes de vida, queríamos comprarnos una casa, un coche mejor, unas vacaciones mejores, y así, sin fin, podíamos imaginar una vida mejor.

Ahora la esperanza de conseguir ese sueño ha desaparecido. Las personas piensan que solo pueden ir a peor. Leemos la prensa y todo son malas noticias y problemas que muchas veces nos parecen difíciles de superar.

No obstante, esto no es así. Estamos viviendo un momento de cambio total de forma de vivir, creando un nuevo paradigma, y esto, claro está, ha traído desconcierto y dudas, porque pensamos que nunca estuvimos tan mal, que a nuestra edad, y tras todo lo vivido, nuestra situación debería de ser distinta, tal vez mucho mejor, pero es todo lo contrario.

Pues bien, querido lector, esto también pasará. Aunque tardemos un tiempo en ver la luz, podemos volver a salir hacia adelante, solo que nos va a requerir un gran esfuerzo a todos para poder volver a empezar.

Posiblemente, será de otra manera. No será lo mismo que teníamos y tampoco conseguiremos lo que teníamos porque lo que se fue, ya no vuelve jamás. Tal vez sea incluso mejor que lo que conocimos, claramente diferente, aunque no por ello peor.

Y esta es la idea que debe de estar en nuestra cabeza constantemente. Debemos de pensar que mañana volverá a salir el sol y que el suicidio no es una opción válida para acabar con todo, aunque nos lo parezca en ciertos momentos.

Para ello debemos buscar el sentido de nuestra vida, saber para qué estamos aquí, qué nos mueve por dentro, y buscar algo por lo que sobrevivir.

Rendirnos no es, ni será nunca, una solución. Hay mil razones para seguir navegando en el ancho mar de la vida, solo que a veces no podemos salir de la tormenta. Pero si somos capaces de soportar las inclemencias, poco a poco, nuestro barco saldrá a flote y volveremos a salir victoriosos de esa batalla que a veces es la vida.

Permítete solo 24 horas de llanto y de dolor y levántate y sigue hacia adelante, porque la vida siempre merece la pena. Aunque hoy veas nubes, mañana volverá a salir el sol.


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