Desde que la torpe Dolores Cospedal (que se colocó el 'de' delante del apellido para ser considerada con un pasado de rancio abolengo del que carece) pronunció la inolvidable frase del despido y la indemnización en diferido, con motivo de la finalización de servicios al PP de Luis Bárcenas, las personas que han ocupado la secretaría general de PP han ido de mal en peor y cada vez son más groseras, más descorteses, más·maleducadas, más incultas y más ignorantes, poniendo en evidencia que tener una licenciatura no es sinónimo de tener una buena educación, ni una cultura simplemente aceptable, y mucho menos en alguien que pretende gobernar España.
La actual secretaria general de PP, la tal Cuca Gabarra, está haciendo buenos a los anteriores, cosa no muy difícil de lograr. Ya dio muestras de su poco saber hacer político cuando ocupó la alcaldía de Logroño, de la que la sacaron, practicamente, a patadas por su mala gestión, que fue calificada de antológica. Hubo incumplimientos de Gamarra en materia de empleo, educación, urbanismo, salud y servicios sociales, turismo, seguridad, comercio y economía, como mínimo.
Tres simples ejemplos, uno, el programa electoral de Gamarra preveía un programa de mecenazgo cultural, pero lo único que hizo en los años que estuvo de alcaldesa fue bajar un 78% el dinero destinado, antes de ella, a cultura, arrasando así con la cultura en Logroño; dos, de las 400 viviendas en el casco antiguo que la alcaldesa prometió rehabilitar y construir para jóvenes, Gamarra no construyó ni una sola, y las que entregó eran construcciones que se iniciaron antes de que llegara a la alcaldía; y tres, a pesar de su promesa de no incrementar la presión fiscal, por mucho que desde el PP digan que han bajado los impuestos, los vecinos de Logroño no tienen más que coger una factura del IBI de antes del año 2011 y una de cuando la obligaron a abandonar la alcaldía para comprobar que incrementó este impuesto en un 27%.
En el mes de mayo del pasado año, la entonces portavoz del PP en el Congreso ofreció una clara muestra de su pedantería cuando contestó a un periodista del diario ABC que le preguntó por su estado civil “Estoy soltera; una mujer con poder da mucho miedo”, cuando el motivo es que es un cardo borriquero, gruñona, hosca, arisca, desagradable, antipática, incluso fea, a la que a nadie le apetece hincarle el diente.
En cuanto a su incultura, quedó clara cuando el pasado día 29 de marzo, en el Congreso de Diputados, hablando del cambio de opinión en relación al Sáhara Occidental, echó en cara a Sánchez que ahora “trate de justificar que no ha sido un cambio de 360 grados de la política exterior”. ¡Hay que ser tonto para no saber que si das un giro de 360º sigues la misma ruta!. Comprendo que es demasiado pedir que el cerebro de este tipo de personas les dé para ser capaces de entenderlo. Se las quiso dar de cultivada y lo único que hizo fue demostrar lo inculta que es. ¡Seguro que aun no sabe que metió la pata hasta el fondo!
Cuando gobernó el PP, robaron todo lo que pudieron, nos bajaron el sueldo, devaluaron nuestras pensiones, destrozaron la sanidad pública y la enseñanza pública, se zamparon la hucha de las pensiones, y aún así no nos sacaron de la crisis. Pero, ahora que no gobiernan, tienen soluciones para todo. ¿Capisci?