OPINIÓN

Dudas oficiales

José A. García Bustos | Sábado 18 de diciembre de 2021
Me gusta informarme por varias vías. Mi conocimiento bebe de varias fuentes, también de las oficiales, entendiendo como tales, las ampliamente reconocidas y aceptadas por la mayoría. Las que se supone que contrastan las informaciones antes de emitirlas y no tienen intereses espurios. Las que, por cercanía con la noticia, tienen conocimiento de primera mano. De éstas les quiero hablar. Dejemos de lado las conspirativas.
Sobre la vacunación infantil, hay fuentes oficiales que muestran dudas sobre su necesidad.
Debido a la presunta irreversibilidad de las posibles (y parece que probables) consecuencias, pretendo hacerles dudar, como algunas fuentes oficiales (otras lo tienen claro), antes de que lleven a “vacunar” a sus hijos.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha sido la voz oficial del gobierno durante toda la pandemia. Ha afirmado que existen dudas sobre la vacuna a los niños porque esta enfermedad les afecta muy poco y se tienen reticencias a someterlos a los posibles efectos de la inoculación. Lo hizo en el en el VI Encuentro de delegados y delegados de Prevención, organizado por UGT Aragón.
El doctor César Carballo, jefe de urgencias del Hospital Ramón y Cajal, afirmó en Tele 5, tras recomendar la inoculación a los menores, que no iba a “vacunar” a sus dos hijos de 7 y 9 años y que prefería esperar. ¿Esperar a qué? ¿A ver en sus pacientes los efectos secundarios? Un ejemplo de decir una cosa y hacer la contraria.
El coordinador del Grupo de Trabajo de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Quique Bassat, declaró al diario Redacción Médica que "no tiene ningún sentido recomendar la vacunación masiva de menores de 12 años porque tienen efectos secundarios y en la ecuación riesgo-beneficio no hay un claro beneficio”.
Y hay más.
Hace unos días, el diario ABC, haciéndose eco de un estudio publicado en “Circulation”, reconoció en un tremendo titular que la “vacuna” de la Covid provoca miocarditis pero que los jóvenes se recuperan fácilmente de ella.
El mensaje dado en este medio oficial es frívolo por tratar un problema del corazón como si fuera algo cotidiano pero, además, parece ser falso. A poco que se informen (en medios oficiales, se entiende) verán que, tras una miocarditis, el corazón no se recupera nunca. Se produce una cicatriz y se endurece, pudiendo provocar arritmias y patologías diversas.
Los efectos secundarios de esta “vacuna” citados anteriormente los detalla, Robert Malone, el propio coinventor de la técnica en ella empleada: el ARN mensajero. Como coinventor es, por tanto, fuente oficial y autorizada.
Aunque ya les digo que algún fact-check, no sé si oficial o no, pone en duda lo que este inventor afirma y justifica que sus críticas tienen su origen en una represalia provocada por la envidia, al no habérsele reconocido el mérito a él y sí a otros coinventores del ARNm.
Según el Dr. Malone, la inoculación obliga al cuerpo a generar unas proteínas que “a menudo causan daños permanentes en los órganos críticos (vitales) de los niños”.
Añade este doctor que “esta nueva tecnología no se ha probado adecuadamente. Necesitamos al menos 5 años de pruebas e investigación antes de que podamos comprender realmente los riesgos”
Si se han vacunado, duden de hacerlo con sus hijos. Si no lo han hecho, sigan dudando. En este caso, la duda es compartida por algunos medios oficiales. Ante la duda, valoren desistir en someter a su pequeño a este “experimento”. Así se refiere el Dr. Malone diciendo: “Pregúntese si quiere que su propio hijo sea parte del experimento médico más radical de la historia de la humanidad.”
Si dudan del “envidioso” Dr. Malone, plantéense hacer lo mismo que el “oficial” Dr. Carballo , según lo declarado en la “oficial “ Tele 5 o duden como el “oficial” Fernando Simón.
Valoren en términos de riesgo-beneficio. No sé cuantificar el beneficio de esta “vacuna” para los niños (a los adultos no nos inmuniza). Pero sí tengo claro que, por poco riesgo que tenga en la salud de nuestros hijos, no merecen ser asumidos.
Su vida es larga y debe ser plenamente disfrutada. Me quedo con la opción del Dr. Carballo. Me declaro Carballista.

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