OPINIÓN

No lo comparto, opino diferente

Santiago Fiol | Martes 30 de noviembre de 2021

El premier Sánchez consiguió hace unos días que el Congreso de los Diputados aprobase el proyecto de presupuestos que presentó a la Cámara con el apoyo de la izquierda más radical, así como de la derecha más extrema. Para aclarárselo, un partido fundado por Sabino Arana que hablaba de la supremacía racial de los vascos y otras lindezas es un fascista, como mínimo.

Supongo que el PNV, que, además de fascismo, es pragmático en esencia, salvo cuando se habla de pasta, claro está, negará, no por tres veces, sino por las que haga falta, a su padre fundador. Para mí es esencial saber de dónde venimos, dónde está nuestro origen, para poder entenderme a mí mismo.

Asimismo, el premier Sánchez ha pactado con ERC los mismos presupuestos, y con Podemos, la izquierda más radical y anticonstitucional de este país. O sea, ha pactado con todo el arco parlamentario, piensen lo que piensen, siempre que no le digan la verdad a la cara. Fuera, obviamente, quedaron PP, Vox y C’s, los llamados constitucionalistas.

¿Cómo consigue el premier esos acuerdos? Como lo han hecho sus antecesores, con la chequera en la mano. La diferencia de Sánchez y los anteriores son esencialmente dos: que ha cedido en cosas que no tienen remedio, que estructuran el estado, y, por otra parte, si lo considera necesario, les mentirá y les engañará para hacer justo lo contrario, todo a su mayor gloria.

Algunos, pocos, recordamos, cuando renegaba de los populistas, con los que no pactaría jamás y que, además, le producirían insomnio. Y como esto mil ejemplos de mentiras que a cualquier ciudadano normal nos sonrojaría, pero ahí está el con el Falcon para ir a saraos de su partido. A pesar de tener apellido compuesto, tiene un tufo a nuevo rico, de esos que necesitan pedir lo más caro para ostentar, pero no deja de ser un pobre diablo que no valió para el baloncesto.

Pero la cuestión importante es de quién es la chequera. Y la respuesta es muy sencilla, nuestra. Las cantidades que compromete con PNV, ERC o Podemos lo hace con nuestro dinero, con el suyo, querido y admirado lector, y con el mío, escaso, pero mío. Así es muy fácil comprar voluntades cuando uno no tiene conciencia de pagar. El presupuesto de jamón para el Falcon se ha incrementado en seis mil euros, un millón de pesetas. ¿Qué hacen en ese avión? ¿Comen jamón a dos carrillos?

Quien tenía las cosas claras, e imagino que alguna vez la he citado, fue la premier Thatcher, que dijo, entre otras muchas cosas: “No hay libertad, a menos que haya libertad económica. El dinero no cae del cielo, hay que ganarlo aquí en la tierra. No existe el dinero público, existe el dinero de los contribuyentes. El socialismo fracasa cuando se acaba el dinero de los demás”. Cuanta verdad.

Cuando se maneja el dinero de los demás se debe ser especialmente escrupuloso y sensato. Ese dinero no es suyo. Él es nuestro empleado y no tiene derecho a hacer un mal uso del mismo enfrentando a las diversas comunidades de España para alcanzar sus objetivos más ruines. Quien suceda al premier tendrá la obligación de auditar las cuentas públicas y contarnos de verdad a los ciudadanos en qué consisten los acuerdos con PNV, ERC y Podemos, qué dice la letra pequeña que no nos cuentan, eso que no tienen la gallardía de decirnos, pues saben que, a buen seguro, no tragaríamos. Quizás tengamos un llanto y crujir de dientes, pues la verdad nos escandalizará, pero citando a Niemöller sobre el holocausto, no dije nada porque no iba conmigo.

Pues yo no quiero quedarme con ese mal trago y digo que el Gobierno de la Nación y su Presidente están usando nuestros recursos para cuestiones que exceden sus competencias, y que, más pronto que tarde, tendrán que darnos explicaciones, y en esa ocasión la mentira no servirá de estrategia. Como dijo San Pablo de Tarso, la verdad os hará libres.


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