OPINIÓN

Una Historia diferente del mundo

Carlos López | Martes 30 de noviembre de 2021

Me he propuesto compartir los libros que me parezcan interesantes o al menos lo voy a intentar. Para bien o para mal no leo novelas solo libros de empresa y de crecimiento personal. Hace poco he terminado el último libro de Fernando Trías de Bes, “Una historia diferente del Mundo” y no puedo evitar recomendarlo y escribir varias ideas que he aprendido y me han impactado. El libro nos hace un ameno recorrido sobre la historia de la humanidad y de su evolución económica pero explicada desde la propia naturaleza de las personas, sus miedos, emociones, sentimientos, imaginación y creatividad. Explicar el desarrollo económico desde ahí es realmente original y al mismo tiempo tiene mucho sentido, ¿Quién se ha olvidado de que el dinero y nuestro actual sistema financiero no es más que un invento humano, un invento social?

Algunos de los mensajes que recuerdo del libro y que me parece interesante compartir son los siguientes;

El trueque nos trajo la libertad, pero como solución a la violencia que generaba nuestra envidia, la venganza que generaba esta violencia y la represalia que traía el miedo. El trueque como primer modelo económico no fue más que un mecanismo de supervivencia y conveniencia, una solución a un sistema basado en la fuerza que no proporcionaba crecimiento y bienestar general. El hombre se dio cuenta que le convenía más el trueque.

La propiedad privada la inventó…” El estado”. Realmente la propiedad de por ejemplo una parcela de tierra no es más que un invento humano dado que no existe en la naturaleza y curiosamente la inventaron los monarcas simplemente para poder recaudar más tras comprobar que el sistema feudal había llegado a su límite y no les permitía recaudar más de los nobles. Pura Avaricia.

El oro en realidad es un meteorito y por tanto un metal totalmente finito. Curiosamente este mineral proveniente de las estrellas, sin saberlo, ha fascinado a todas las civilizaciones y hasta hace relativamente poco (1971) era la contraprestación del dinero. Desde entonces el dinero no es más que un acto de confianza de las personas en el país lo emite. El dinero fiduciario viene del latín “fiduciarius” que significa “que depende de crédito o confianza”. Cuando en ocasiones he explicado que la economía depende de la confianza no tenía ni idea en cuán profunda era mi afirmación.

El milagro de los panes y los peces existe y comenzó cuando se empezaron a imprimir billetes para hacer crecer la economía una vez abandonado el patrón oro. Se multiplica la riqueza teniendo exactamente la misma.

Este “milagro” no es gratuito y nos ha traído tres enfermedades que han originado revoluciones, muertes y guerras. Las tres enfermedades son las devaluaciones, la inflación y los pánicos monetarios o craks bursátiles.

Los bancos centrales fueron creados por los propios bancos y con la idea de que fueran independientes del gobierno. No nacieron como instituciones públicas, pero se pervirtieron muy rápido adoptando el rol que hoy conocemos convirtiéndose en los amos y señores de los gobiernos. Son los emperadores del siglo XXI.

Otros inventos increíbles fueron la creación de las empresas que son personas que hacen de escudo de nuestros errores y la invención de los seguros con los que conseguimos limitar los riesgos. Estos dos inventos junto al primero y más importante que fue imprimir papel con el valor del oro son la base de la economía de nuestro planeta.

Cuando empezamos a valorar los beneficios futuros de las empresas inventamos una forma de enriquecerse sin trabajar...descubrimos la especulación.

La historia no ha demostrado que el capitalismo es inestable pero también que el comunismo es autodestructivo. Como dijo Aleksander Yakolev, uno de los principales dirigentes de la URSS en el momento de su disolución; “El comunismo ha fracasado porque no se adapta a la naturaleza humana”

En definitiva, un libro sin parangón, aunque el enfoque me recuerda a otro libro excepcional como es el de Yuval Noah Harari, “Sapiens” cuyo autor seguramente estaría de acuerdo con la conclusión de Fernando Trías de Bes en que la economía no es otra cosa que la ciencia de las circunstancias.


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