Ha llegado la hora de devolver a la familia su contribución para amortiguar una de las peores crisis económicas y sanitarias que hemos vivido. Es la hora de la familia y hay que ponerla en el centro de la agenda política para sensibilizar a la sociedad de la importancia de la familia como soporte de la sociedad así como de las funciones sociales que cumple y que no puede cumplir ninguna otra institución que no sea la familia
Una política integral de familia debe contener medidas concretas, de carácter universal, dirigidas tanto a apoyar y promocionar a la institución familiar como a sus distintos componentes. Unas políticas de apoyo a las familias que se deben establecer desde el convencimiento que ayudar a las familias significa entender su realidad y atender sus necesidades
Y la mejor manera para aglutinar, coordinar y evaluar las ayudas a todas las familias, realizando el informe de impacto familiar de todas las leyes, asunto que se ha negado a realizar nuestro Govern incluso a sabiendas que está obligado a ello.
Ante el invierno demográfico en el que estamos es imprescindible realizar una política de fomento de la natalidad, removiendo los obstáculos para que las familias tengan los hijos que deseen, y de apoyo a la maternidad. Sigue faltando en Baleares un Plan integral de ayuda a la mujer embarazada y una ley de protección a la maternidad que el mismo pacto de gobierno derogó ya hace 6 años sin alternativa que la sustituiera.
Hay que rebajar la presión fiscal a las familias con deducciones autonómicas aumentando el límite de ingresos para que más familias puedan acceder a ellas. Universalización de las ayudas a las familias, instaurando , gradualmente, cheques de servicios para cubrir las necesidades familiares como libros escolares, guarderías, o el transporte público. Y hay que establecer de una vez por todas bonificaciones proporcionales al número de miembros de las familias en todo tipo de suministros básicos y en el acceso a bienes culturales.
Uno de los problemas que se encuentran las familias es el de la dificultosa conciliación entre vida familiar y laboral, para solucionarlo hay que inicitar a las empresas ,con bonificaciones y deducciones, a impulsar la flexibilidad horaria, el teletrabajo y una bolsa de horas familiar.
No menos importante es transformar el IBDona para que sea el organismo público de TODAS las mujeres: las que padecen violencia intrafamiliar, las madres, las gestantes y las que forman familias monoparentales.
Se deberían modificar las leyes ideológicas aprobadas por el Govern (igualdad, LGTBI, infancia….-) para preservar el derecho constitucional de los padres a la educación de sus hijos según sus convicciones.
Y hay que reducir drásticamente la lista de espera para el acceso de las ayudas económicas y asistenciales de las personas con dependencia y promoveremos las ayudas de asistencia a domicilio y de acompañamiento.
Pero de todo lo anterior no se dice nada en los nuevos presupuestos del Govern, los más elevados de toda la historia de nuestra democracia. Deben estar más ocupados en contentar a sus votantes sin irritar mucho a los votantes de los otros partidos políticos que los sustentan. Es lo que hay.