OPINIÓN

Millonarios sin saberlo

Opinión mallorcadiario.com

José Manuel Barquero | Domingo 31 de octubre de 2021

Usted es rico y no lo sabe. Pero no se preocupe porque el gobierno le va a sacar de su ignorancia muy rápido, y de varias maneras. Por ejemplo, si usted ha ahorrado lo suficiente durante años de trabajo para invertir en una segunda vivienda, o la ha heredado, de un día para otro se ha convertido en uno de los culpables del precio del alquiler. Salvo que sea un gran tenedor de viviendas de momento no le van a calificar como especulador, pero le van a tratar como tal en una Ley de Vivienda que propone soluciones que ya han fracasado en otros países.

Alguno de ustedes estará pensando que solo son ricos los propietarios de inmuebles de lujo. No se engañe. Usted es rico, pero no lo sabe. Se va a enterar gracias a la reciente reforma del Impuesto sobre el Patrimonio, el gravamen a los más pudientes por excelencia. Usted se ha podido convertir en millonario de un año para otro sin que le toque la lotería ni heredar. Es usted un potentado por obra y gracia del incremento del valor catastral de su vivienda decidido por el gobierno. Este incremento no quiere decir que sus propiedades valgan más en el mercado. Valen más para el gobierno. Por eso se ha convertido usted en potentado, y como tal debe pagar los impuestos de los más ricos.

Si usted no tiene ningún piso en propiedad para convertirse en un rentista explotador no se desanime, porque también puede acceder a la categoría de millonario por otras vías. Por ejemplo, si en su día tuvo la idea de contratar un plan de pensiones como mecanismo de ahorro para completar su jubilación. Con ese instrumento financiero usted había asumido que en su momento, cuando disponga de ese dinero, volverá a tributar por él por segunda vez como si fueran rentas del trabajo, aunque cada día emplee su tiempo en pasear por un parque o en cuidar bonsais.

Hasta hace poco esa doble imposición le compensaba gracias a que podía desgravar hasta 8000 euros anuales en su declaración de IRPF. Al parecer esa es una cantidad solo al alcance de millonarios. Por tal motivo este ejercicio fiscal redujeron la cuantía a 2000 euros. Seguía siendo demasiado, y lo han dejado en 1500 euros anuales. O sea, a usted le van a premiar fiscalmente si ahorra como máximo 125 euros al mes para su jubilación. Por encima de esa cantidad, es usted un privilegiado que no merece ni necesita desgravaciones.

La razón de esta medida es favorecer los planes de pensiones de empresa en detrimento de los particulares. Lo afirma el gobierno de un país en el que las PYMES constituyen el 95% del tejido empresarial, y en el que mas de tres millones y medio de trabajadores tributan como autónomos. Otra enorme bolsa de millonarios españoles a los que el año que viene el gobierno les va a subir de manera considerable sus cuotas sociales.

A pesar de este panorama, todavía tenemos que escuchar que en España se pagan pocos impuestos. Quiero pensar que los que defienden esa tesis confunden la recaudación con la presión fiscal. Pagarán pocos impuestos los que nos pagan, o los que bucean cada día con brío en la economía sumergida, o los millonarios de verdad con acceso a mecanismos de elusión fiscal a través de sociedades interpuestas. El resto, los que pagan, pagan de verdad, lo suyo y lo de los que defraudan.

A pesar del discurso del resentimiento social que maneja una parte de la izquierda, España, como el resto de las veinte principales economías del mundo, es un país de clases medias. Castigadas, menguantes en los últimos años, con peores expectativas de futuro… pero a fin de cuentas clases medias que resisten como pueden. No parece muy sensato vaciar ese segmento social convirtiendo a una parte en ricos por decreto, y a otra en pobres de solemnidad para que se agarren a un subsidio.

Dicen que la inflación, ese impuesto invisible que actúa sobre la economía como lluvia ácida, va a desgastar a Sánchez más que todas sus mentiras y la crisis provocada por la pandemia. Pero a mi me parece que la caída progresiva del socialismo en las encuestas ocurrirá por su abandono de las clases medias, por su hostigamiento fiscal, y por tratarlas como a millonarios que no saben que lo son.


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