OPINIÓN

La realidad subyace bajo el sol

Pilar Carbonell | Domingo 11 de julio de 2021

Llega el buen tiempo y la monotonía climatológica. Sol a diario durante meses y la llegada de visitantes, hacen que en España nos pongamos manos a la obra y olvidemos de la realidad, que tampoco viene mal. Los estábamos esperando a ambos, tanto al sol como a los turistas, mejor dicho, los necesitábamos, nos dan vida y en el fondo hacen que pongamos a un lado tiempos oscuros del pasado.

Vivimos eclipsados por días largos de mucha luz, un sol abrasador que despierta nuestras ganas de vivir y disfrutar, además de unas ganas inmensas de pasar pagina y olvidar los duros meses de principio de año. Estamos hartos de virus, de pandemia, de mascarilla, de restricciones y de malas noticias. Queremos salir, desconectar, pero no nos engañemos, ocultar la realidad es pan para hoy y hambre para mañana. Porque, ¿Cual es la realidad?.

Ahora vemos gente, mucha gente, paseando, tomando el sol en las playas, las terrazas llenas, los restaurantes a rebosar e inmediatamente olvidamos que seguimos con restricciones. El comentario generalizado es “esto ya va a tope”, y claro, todo depende con que lo comparemos.

Debajo de esa felicidad puntual yace un tejido empresarial tocado, que además está cansado, mas bien agotado y crispado. En algunos casos enfurecido con una situación que no acaba de arrancar. Empresas que continúan a medio gas, que hacen malabares para continuar subiendo la persiana, con deudas por los cuatro costados y a la espera de unas ayudas que no llegan. Infinidad de negocios que agotan su ultimo aliento con los rayos de sol veraniego, pero ya han puesto fecha al final de su vida, cuando acabe la temporada, echarán el cierre y será para siempre.

Seguimos tapando la cruda realidad, duras restricciones en muchos sectores que hacen que miles de trabajadores continúen en el ERTE y que posiblemente en la mayoría de los casos no recuperen su puesto de trabajo en todo el verano y si lo hacen será solo parte de su jornada. Con las limitaciones aun vigentes, no son necesarios y si lo son la empresa no se puede permitir recuperarlos. ¿que pasará el treinta de septiembre? ¿Qué pasará si se acaban los ERTE y siguen sin ser necesarios para su empresa?.

Por otro lado, los que tienen la suerte de haber vuelto al tajo, subsisten con un sueldo que tienen que estirar más que un chicle, tiene que alcanzar para para pagar cuotas de hipoteca aplazadas, seguir cubriendo deudas, pagar recibos, comer y permitir poder salir algún día a cenar para seguir siendo persona. Eso siempre y cuando el sueldo esté integro ya que ahora llegan los embargos de pagos incumplidos. En fin, dramas del día a día que parece que el verano borra, pero lo único que hacer es maquillarlos, las imperfecciones siguen debajo.

Algunos negocios brillarán estos dos meses, pero con el final de la temporada, cuando se acaben las vacaciones y los turistas vuelvan a sus casas, volverán a hibernar.

Seguimos insistiendo en negar la mayor, me recuerda al “España va bien” o a los famosos “brotes verdes”. Parece que es obligatorio ser optimista, pero bajo el pretexto de esa positividad, nos auto complacemos y auto convencemos de que “ya queda menos” sin saber exactamente para qué es lo que queda menos. Tal vez para la nueva normalidad que no es otra que una realidad distinta a lo que teníamos antes de que empezara este mal sueño y quizás nuestra peor pesadilla este por llegar. Pero juzguen ustedes mismos, que esta es tan sólo mi humilde opinión!


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