EDITORIAL

Es la hora de la responsabilidad individual

Lunes 28 de junio de 2021

Baleares ha vivido su primer fin de semana sin mascarilla al aire libre desde hace casi un año y, a la vez, ha asistido a una escalada imparable de contagios por viajes de estudios celebrados en Mallorca. Además, los macrobotellones en los polígonos de Palma o en Es Pla de Ciutadella se han sucedido en las últimas noches ante la mirada atónita e indignada de vecinos y sectores productivos.

Todo, a pocos días de que las islas comiencen a recibir a miles de turistas británicos después de que el Gobierno de Boris Johnson cediese y cambiase a verde el semáforo para los viajes a Baleares. Conviene no olvidar que dichos visitantes provienen del foco de la variante Delta, a día de hoy, la más contagiosa.

Estas tres cuestiones -la relajación del uso de la mascarilla, la imparable expansión del botellón y la llegada masiva de británicos- confluyen en un momento clave para el futuro de las islas. Es ahora, a finales de junio, cuando el archipiélago empieza a pisar el acelerador de veras y se adentra en los meses más decisivos de su temporada. Un tropiezo ahora podría suponer un descalabro imperdonable en algunas jornadas o semanas, como por ejemplo, un paso atrás en la calificación de Reino Unido para el archipiélago o el endurecimiento de las condiciones por parte de otros países emisores capitales, como el alemán.

Y mientras la vacunación avanza a buen ritmo en casi todos los grupos prioritarios -a excepción del de 60 a 69 años, tramo en el que aún muchos no han recibido ni la primera ni la segunda dosis de AstraZeneca- se hace del todo necesaria la colaboración de la ciudadanía para evitar situaciones de riesgo que compliquen de nuevo la situación sanitaria y ensombrezcan las perspectivas económicas.

La Administración debe esforzarse por mantener a raya todas y cada una de las actividades que supongan un peligro elevado de contagio, con normas claras y actuaciones contundentes. Sin embargo, los ciudadanos -y especialmente los más jóvenes- deben implicarse en la solución a los problemas. No se puede poner un policía por adolescente, no se le debe dar una solución policial a un problema de salud pública. El fin de esta pesadilla es cosa de todos.


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