OPINIÓN

El Salvador y Tuvalu

Opinión mallorcadiario.com

José A. García Bustos | Sábado 12 de junio de 2021

El imperio jázaro es el menos conocido de los imperios y, no por ello guarda una historia muy interesante. Fueron expulsados de un gran número de países y acabaron residiendo en Venecia dando paso a los primeros banqueros, creando el sistema monetario actual basado en la deuda. Su máximo exponente fue, y sigue siendo hoy en día, la familia Rothschild.

Como buenos comerciantes, además de prestar dinero ofrecieron otros servicios como la custodia del oro de otras familias pudientes. En su actividad de custodia, observaron que nunca se retiraba más que un pequeño porcentaje del oro que tenían depositado. Así crearon la reserva fraccionaria, técnica bancaria que permite prestar más de lo que se tiene en depósito, creando dinero de la nada. Como garantía de devolución daban al propietario un papel moneda que reflejaba el derecho al oro que había depositado, siendo el origen de los billetes actuales.

Ese momento coincidió con la conquista de América y otros territorios inhóspitos, en aquel entonces, por parte de un gran número de países como Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania, España y Portugal. Fueron proyectos que requirieron grandes cantidades de dinero que la familia Rothschild prestó. Así empezó el dominio de la banca sobre los gobiernos y los Estados basado en la obligación de devolver el dinero con intereses. Los Estados estaban ya sometidos al yugo de la deuda.

Hoy El Salvador ha roto esa hegemonía de dominio de la banca sobre los países. Por primera vez en siglos un país admite como dinero de curso legal una moneda no creada por banqueros.

El Salvador ha aceptado esta semana bitcoin (BTC) como moneda legal y pone en riesgo el poder de los poderosos descendientes de los jázaros, propietarios de los bancos centrales. Tres días después de la aprobación de la Ley Bitcoin el Fondo Monetario Internacional se ha apresurado a frenar el avance de bitcoin. Y ¿qué ha hecho? Lo que sabe hacer. Solicitar una reunión con el presidente de El Salvador para “animarle” a recibir un préstamo que califica como “oportunidad de oro” para impulsar la economía y salir de la pandemia. Las presiones van a ser importantes.

Entre otras cosas, la ley Bitcoin obliga a todos los comerciantes a aceptar bitcoin si el comprador lo desea o exime del impuesto sobre ganancias del capital a todo intercambio en bitcoin.

Estamos ante una auténtica revolución en el sistema monetario internacional que traspasa la soberanía monetaria de las familias que dominan la banca a los ciudadanos que pasarán a ser dueños de un dinero sin inflación que lo degrade o no soportado por la esclavitud de la deuda.

Demasiado idílico como para no recibir presiones de los dueños del monopolio de la creación del dinero. Estas familias son muy inteligentes y, por si acaso, a los pocos años de nacer bitcoin ya se encargaron de controlarlo, variando su protocolo original en su beneficio a través de la de la empresa Blockstream, participada por ellos.

Hoy en día controlan bitcoin (BTC) pero afortunadamente, queda una versión del auténtico bitcoin con el protocolo original restituido y bloqueado para que nadie lo pueda modificar.

Los poseedores de las llaves privadas de bitcoin serán sus legítimos propietarios y nadie podrá devaluar su valor mediante la inflación o creando más cantidad de dinero de lo que está previsto.

El auténtico bitcoin se llama BSV (Bitcoin Satoshi Vision) y fue el primero en ser adoptado por un país, incluso antes del reciente movimiento de El Salvador. Ese país es Tuvalu, un pequeño país de Oceanía, que ha adoptado la blockchain de BSV no solo para un proyecto más ambicioso que el de El Salvador: ser el primer país del mundo “sin papeles” cuya economía y cualquier ámbito esté basados íntegramente en la blockchain de BSV.

Además, estos días, el inventor de bitcoin y líder de BSV ha anunciado en un “desliz” que tiene varios acuerdos para aplicarlo en otros países. Esto sí que será una revolución en un momento en el que se ha anunciado que BSV podrá procesar a finales de año 50.000 transacciones por segundo, doblando las de VISA y dejando a la altura del betún las 7 de bitcoin (BTC). Una infraestructura para dar soluciones a nivel mundial.

Será interesante ver los movimientos de los poderosos para frenar lo de El Salvador que, en principio es un gran avance, pero ríete tú de lo que viene con BSV tras la prueba piloto de Tuvalu.


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