Dice la leyenda, así constará en el diario de sesiones del Congreso y en las malditas hemerotecas, que un diputado de la oposición interpeló a una señora Ministro a la que acusó de “no distinguir churras de merinas” a lo cual muy digna la señora Ministro pidió la palabra y respondió al interpelante que “no le consentía que le hablase en ese tono soez y machista” (sic).
Almirante Hila, churras y merinas salen en Google.
Las carcajadas atronaron en el hemiciclo pues la señora Ministro, ignorante ella, sin duda pensaría en otras cuestiones que nada tiene que ver con las ovejas.
En ese momento, y de eso hace bastantes años, se pensó que no podíamos caer más bajo con el nivel de nuestros políticos, pero una vez más la realidad ha superado a la ficción y estamos ante auténticas calamidades personales e intelectuales que no nos dejan ver el bosque.
Hay políticos, muchos lo negarían si me leyesen, en todos los partidos, cuya única función es la de pirómano y hacer que salte el escándalo, el insulto y el lenguaje soez e inapropiado entre padres de la Patria.
Hoy día, en el que en la clase política impera la mediocridad y en la que, quizás por el excesivo poder de las redes sociales, se va a la búsqueda de un titular de pocas palabras en lugar de explotar el fondo de ese titular, se consigue en pocas palabras que nos engañen a los ciudadanos pues al ser solo un titular no hay nada que respalde el mismo. El señor Sánchez y el candidato de Podemos a Madrid son los máximos exponentes de esta práctica.
Hace unos meses oí al premier Sánchez decir en televisión que no había habido en España confinamiento. Se quedó tan ancho. Asimismo nos habló durante unos meses de un comité de expertos, que después resultó inexistente. ¿Hasta dónde llegan nuestras tragaderas?
El país se muere de hambre y se da una subvención, ayuda o lo que sea, de 53 millones a una empresa valorada en 2,5 millones, y no pasa nada. Hay que decir que esa compañía tiene vinculaciones venezolanas y su abogado, expulsado de la carrera judicial, es la pareja de la Fiscal General del Estado. Con eso no les cuento un cotilleo, les digo que saben en primera persona que quizás, solo quizás, están infringiendo la Ley y visto lo visto, no parece que les preocupe en exceso.
Me gustaría saber cuántas propuestas de ayuda a Baleares han presentado nuestros diputados y senadores y después dividirlo por el salario que perciben y les aseguro que nunca habrán encontrado un folio tan caro. Ya no les hablo de las veces que nuestros diputados y senadores en las Cortes Generales, atendiendo el mandato de su partido, han votado contra este pequeño país. En contra de los intereses de sus electores. Los hay de un partido y de otro y de todos los que tienen representación. Entre sus votantes y su partido siempre eligen el partido, un ejemplo insuperable es la señora Armengol y sus acólitos en Madrid.
Ya sé que el país no está para bromas, pero está tan mal el sector de la hostelería que el bar de cabecera de la Presidente Armengol fuera de horarios ha tenido que cerrar. Ni su abnegada contribución a mejorar los ingresos de ese bar ha sido suficiente. Debería haberse saltado el toque de queda más veces, al menos de las que sabemos.
Están en campaña en Madrid y el gobierno de la nación se para, con la que está cayendo, pues el Presidente Sánchez ha tenido que salir al rescate del tibio candidato puesto a dedazo. Ese dedazo tantas veces criticado.
La lucha hoy en Madrid, y quizás en España entera, es la búsqueda de un titular; y la forma imaginativa de nuestros líderes no es dar una idea sesuda que resuelva algún problema del país, no sea que trabajemos; su solución es insultar, llamar facha, comunista o mentar la madre de alguno de los adversos. Creo que el gran error de Ayuso fue no haber convocado las elecciones para dos días antes, hubiese quedado mucho más romántico y patrioterista.
De todos modos han abierto una caja de truenos muy muy peligrosa; es la de las balas. Unos dicen que reciben balas de cetme (es la única arma que he disparado) los otros no los creen e incluso se cachondean y añaden que sus conmilitones pusieron las nucas. ¿Es necesario ese debate en la España de 2021? Francamente creo que no. olvidan aquellos que señalan y acusan de no demócratas a otros partidos que todos ellos, los que se presentan a elecciones y sacan o no representantes, están sometidos a la Ley de Partidos Políticos y figuran inscritos, con los mismos requisitos, en el registro ad hoc del Ministerio del Interior. Déjense, pues, de bobadas y trabajen. Que no hay ningún partido más legítimo que otro.
El Gobierno de la Nación, que es el encargado de liderar el país y más en tiempo de crisis está desnortado; no sabe qué hacer más que emitir deuda para gastos muchas veces suntuosos. El Presidente del Gobierno si fuese una persona coherente y decente comería el mismo jamón que comía en su casa antes de ser Presidente. El cargo no le da derecho a disfrutar de un mejor jamón y de disfrutar de instalaciones gubernamentales para uso privado, cual marajá a gastos pagados.
Hemos perdido la capacidad de diálogo, de los buenos modos y de la educación, hoy quien insulta más y más grita cree que lleva razón; eso recuerda demasiado a la Segunda República; no olvido la imagen amenazante de una diputada de Madrid apuntando con los dedos a modo de pistola a la adversaria política. Estos gestos empiezan a dar miedo y el uso de determinadas expresiones guerra civilistas causan temor.
Los viejos que van muriendo por la pandemia son los que vivieron la guerra y la posguerra con las represalias y la hambruna, quizás, antes de que todos mueran deberíamos escucharles, no perderíamos nada y ganaríamos mucho.