OPINIÓN

Fuera plásticos de un solo uso

Francesca Jaume | Lunes 22 de marzo de 2021

Siempre que una ley supone un cambio social importante es objeto de gran controversia por parte del sector más inmovilista de la sociedad. En algunos casos, como por ejemplo la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, incluso ha sido el lei motiv de importantes conflictos. El paso del tiempo hace que estos cambios se asuman de tal manera que luego no se conciba la vida en la situación anterior.

La aprobación en Baleares de la Ley de Residuos, que persigue la desaparición de los plásticos de un solo uso -y que por fin ya ha entrado en vigor- no fue recibida con aplausos por toda la comunidad. ¿Argumentos? ninguno invalidante: que si eso supone más gasto para los bares y restaurantes, que si “hay cosas más importantes con las que meterse”, que si eso sólo es la punta del iceberg… Todo argumentos banales que caen por su propio peso.

A quien no le baste con el temor de pensar que la descongelación de los casquetes provocada por el calentamiento global provocará la subida del nivel del mar y la muerte de muchos seres vivos, le invito a introducir en un motor de búsqueda en internet “Continente de plástico”, “Isla de basura”, “Isla tóxica”, “Gran mancha de basura en el Pacífico”, “Gran zona de basura en el Pacífico”, “Remolino de basura del Pacífico”, “Isla de la contaminación” (cualquier de estas siete denominaciones va bien), y se encontrará con una de las grandes vergüenzas de este planeta: 17.000.000 km² de microplásticos -es decir, restos de envases- que están contaminando y destruyendo lentamente el ecosistema del Océano Pacífico. Para hacernos cargo de la dimensión de esta plataforma flotante de plásticos, basta imaginar la superficie de Francia multiplicada por tres. Como se diría en mallorquín, “escarrufa!”.

Alguien dirá… ¡No son nuestros plásticos los que flotan en el Pacífico! Pues ante esta afirmación caben dos respuestas confluyentes: uno.- beneficio al medio ambiente seguro que no causan y dos.- si todos los países desarrollados abandonan el consumo de sintéticos de un solo uso, éstos dejarán de producirse consecuentemente, por lo que tampoco se generarán vergüenzas como es el Continente de plástico.


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