Después de la detención y entrada en prisión provisional del violador -un joven marroquí de 20 años- los agentes continuaron investigando el caso para obtener más pruebas incriminatorias sobre la autoría de las cuatro agresiones sexuales a la misma mujer.
Así, consiguieron ubicar el móvil, localizar al hombre que lo portaba y detenerlo.
El varón, también de nacionalidad marroquí, reconoció que compró el teléfono móvil al ahora encarcelado.