La Policía Nacional ha detenido a dos asaltantes de ancianas muy activos en Palma. Los jóvenes -de 22 y 23 años, uno de ellos español y el otro ecuatoriano- están acusados de robarles las cadenas de oro mediante la técnica del tirón, empleando gran violencia en todos ellos. A una de las mujeres llegaron incluso a estrangularla con la bufanda que portaba para hacerse con el oro.
La oleada de robos comenzó en septiembre del año pasado y se desarrolló principalmente en Pere Garau, aunque también escogieron víctimas de Son Gotleu, Arxiduc, Polígon de Llevant y La Calatrava.
Detectaban mujeres de avanzada edad con cadenas de oro y las seguían hasta el portal de sus viviendas. Una vez en el interior, y tras cerciorarse que no había compañía, se lanzaban a por el botín pegando un fuerte tirón para arrancarles el collar.
Algunas intentaban forcejear para evitar el robo, pero dada la diferencia de condición física de unos y otras, los jóvenes siempre conseguían su objetivo.
No obstante, la Policía destaca la enorme violencia empleada por el principal investigado. "En alguno de los casos fue desmesurada e innecesaria dada la poca o nula resistencia que solían oponer las víctimas", indican fuentes del CNP en un comunicado.
Tanto es así, que en uno de los asaltos el ladrón empleó la bufanda de la anciana para estrangularla mientras le arrancaba la cadena.
Todas ellas sufrieron importantes daños físicos, psicológicos y emocionales ya que las placas sustraídas sumaban un gran valor sentimental para las víctimas ya que portaban imágenes de allegados ya fallecidos o eran recuerdos de la familia.
El daño físico y psicológico que les generaban era enorme y a ello había que sumar el
Pero además, el robo suponía siempre la pérdida de placas con imágenes de allegados ya fallecidos o de recuerdos de la familia, por lo que las ancianas
Como consecuencia de la investigación se pudo identificar al principal actor. Los agentes comprobaron que había vendido muchas cadenas y otras piezas de oro a terceros.
Tras constatar que el individuo no tenía domicilio conocido, se notificó la orden de detención y fue localizado el pasado domingo en plena calle. Un día más tarde caía el compinche, que había sido reconocido en uno de los robos.
Al primero se le acusa de nueve robos con violencia y al segundo, de uno.