Mallorca vive desde el pasado miércoles con todos sus bares, restaurantes, grandes superficies y gimnasios cerrados. Así lo decretó el Govern de Armengol ante el aumento imparable de casos de Covid en la isla.
Desde entonces, los negocios de restauración sólo pueden realizar servicio a domicilio y recogida del pedido en local.
Por su parte, las grandes superficies de más de 700 metros cuadrados también permanecen clausuradas y sólo atienden servicios esenciales, como alimentación y parafarmacia.
Las medidas causaron un gran malestar entre empresarios y trabajadores de dichos sectores que se echaron a la calle el pasado miércoles en una protesta multitudinaria.
Ante ello, el Ejecutivo liderado por Armengol cedió y anunció un paquete de ayudas inmediatas para bares, restaurantes y gimnasios que se sustancian, de entrada, en 1.500 euros mensuales para los negocios afectados por las últimas restricciones durante los meses de enero, febrero y marzo.
El plan de choque global asciende a 103,5 millones para el primer trimestre de 2021.