Según el escrito de la Fiscalía, entre 2008 y 2011 el acusado, que era administrador de una sociedad mercantil, hizo desaparecer fondos de la sociedad destinando a gastos y usos personales así como a su patrimonio diversas cantidades hasta superar los 2,7 millones de euros.
Para facilitar las operaciones, el Fiscal sostiene que el acusado consiguió que su chófer y jardinero figurara como administrador de la sociedad mercantil. Con la misma finalidad, llegó a fusionar diversas empresas vinculadas entre ellas de las cuales era administrador de hecho, aunque formalmente no figurara como tal.
Tras la fusión de varias sociedades, la mercantil inicial se declaró en concurso de acreedores voluntario, momento en el que se constató la descapitalización por importe de 2,7 millones de euros.
El acusado se enfrenta a cinco años de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y administración desleal así como a la indemnización a la sociedad por el importe defraudado.