A las 15:30 horas del día 1 de enero, se recibió llamada a la Sala CIMACC del 091 del centro penitenciario, donde había una mujer que, al parecer, estaba usando un D.N.I. ajeno al suyo para acceder al centro donde visitaba a un interno.
Una vez en el lugar, los agentes se entrevistaron con la mujer, quién le mostró un D.N.I. y manifestó haberlo usado para visitar a su cuñado presidiario. Los actuantes pudieron comprobar que la imagen del Documento Nacional de Identidad no coincidía con la que presentaba la mujer, así como la firma que la misma realizó en una hoja ante los funcionarios del Centro Penitenciario.
Ante estos extremos y la insistencia de la mujer de que era su documento, se le comunicó que iba a ser trasladada a dependencias policiales, con la finalidad de cotejar las huellas datilares para verificar su identidad, debido a que había indicios suficientes de que ese documento no le pertenecía.
En ese momento, la mujer manifestó a los agentes que en realidad no era dicha persona, mostrando su verdadero documento. Tras lo narrado, la mujer comentó a los agentes que llevaba empleando la identidad de su hermana desde que su novio ingresó en prisión, aproximadamente desde principios del mes de octubre.
Al interno le constaba una prohibición de comunicación con la víctima. La detenida trató de visitar al interno a los pocos días de entrar este en prisión con su identidad. Sin embago, al constarle una prohibición de comunicación, no la pudo llevar a cabo. A partir de ese momento decidió usar el D.N.I. de su hermana, sin su consentimiento, para poder ver a su pareja en el Centro Penitenciario.
La detenida modifició su aspecto para parecerse más a su hermana. La mujer aumentó las visitas a casa de su hermana, durante las cuales le sustraía el documento, sin que se diera cuenta, para luego devolvérselo. Este proceso lo llevaba a cabo cada vez que iba a ver a su pareja al Centro Penitenciario.
La prohibición de comunicación cesó a mediados de noviembre, no obstante la detenida decidió seguir con el engaño para que no dieran cuenta.
Se hace constar que el interno se comunicaba con la detenida, aún antes del cese de la prohibición de comunicación con la misma, a través de la ex pareja de éste.