Max prestó servicio en la Unidad Canina (UCAN) durante ocho años hasta que los responsables municipales la desmantelaron y decidieron entregar en adopción al perro y su compañero Buddy.
En un primer momento, el departamento que dirige Joana Maria Adrover los trasladó a la perrera de Son Reus para entregarlos en adopción pero, tras la enorme polémica generada, el ayuntamiento reculó y decidió llevarlos a las instalaciones de la Policía Montada en el Bosque de Bellver donde hoy ha muerto a los 15 años, "rodeado de sus cuidadores habituales", según indica Cort aunque no especifica el motivo del fallecimiento.
Cabe recordar que el perro inspiró el escudo de la UCAN.
Según el comunicado del ayuntamiento, "se plantará un árbol en su memoria en las instalaciones de la Policía Montada".