El gobierno español no ha sido tomado como ejemplo de nada a ojos de los demás países europeos desde el inicio de la pandemia. Y eso que han pasado cosas y se han tomado -o no tomado- centenares de decisiones importantes.
El gobierno de Pedro Sánchez (con Illa y Simón) no vio en febrero lo que estaba pasando en Italia. Portugal, sí.
Alemania y Francia han demostrado tener gobiernos fuertes, decididos y con el coraje suficiente para liderar los problemas sanitarios y económicos y tomar decisiones en cada momento. Es justo lo que se ha visto inexistente en España.
La desescalada española tuvo que ser interrumpida de golpe por la segunda ola mientras países como Grecia vivieron el tránsito de una ola a la otra con mucha más suavidad.
A Merkel no le ha temblado el pulso cuando ha tenido que cerrar la actividad económica del país. Claro que acompañó la decisión con un gran plan de rescate a fondo perdido del 75% de las pérdidas a los empresarios afectados. Aquí no nos volverán a confinar por miedo a las comparaciones.
Media Europa redujo o literalmente borró el IVA de las mascarillas desde el primer momento al ver que sería un artículo no de lujo sino todo lo contrario. El gobierno español se inventó que Europa no le daba permiso. Fue desmentido al minuto.
Y todo esto, acompañado del sonrojante e indecente hecho de que nadie -ni el propio gobierno- se cree las cifras oficiales de muertos por COVID en España, superadas con creces en cualquiera de los estudios y estadísticas presentados. En Europa aún denuncian este hecho.
Es verdad que casi toda Europa va de cráneo con el inicio de la tercera ola y que el asunto no es fácil, pero aparece más comprensión y condescendencia entre los ciudadanos de cualquier país menos de este en el que la disputa, el marketing, la ceguera y el tacticismo están a la orden del día. Así nos va.
En la memoria colectiva aparecen rápidamente un par de hechos de la España democrática que fueron la envidia de nuestro entorno. Se nos miró y admiró como nunca en el proceso de modernización de España a partir del ingreso en la UE (antes CEE) con el liderazgo de Felipe González. Algo parecido sucedió con el ‘milagro económico’ del gobierno presidido por José María Aznar, un tiempo en el que además los distintos ‘ejes’ de poder económico en Europa buscaban nuestra complicidad.
Antes de la pandemia ya no liderábamos en Europa nada que no fuera el porcentaje de parados. Cuando esto acabe, encima, se nos recordará que con Italia somos el país más endeudado del continente. Vaya panorama.
El día 27 empezará en España la campaña de vacunación contra el coronavirus, como en el resto del continente. Todos sincronizados. Ojalá todo vaya bien y rápido y que no sea un nuevo motivo para hacer el ridículo. Una vez más.
Feliz Navidad y feliz vacuna.