OPINIÓN

La pandemia como excusa

Opinión mallorcadiario.com

Jaime Orfila | Sábado 14 de noviembre de 2020

Corría el año 2014. El país estaba intentando recuperarse de la situación de precariedad, deuda y paro en el que había quedado sumido tras el gobierno de José Luis Rodríguez; conocido como Zapatero. Se había iniciado una época reformista y de recuperación presidida por Mariano Rajoy.

Los ciudadanos estaban intentando sobrevivir a la situación de miseria en la que se había quedado España tras una legislatura penosa coincidiendo con una época de gran crisis económica internacional. Se había dilapidado la época de recuperación, en términos de competitividad, productividad y empleo de Aznar.

Las necesidades sociales y familiares eran agobiantes. La izquierda había perdido toda la credibilidad. Por segunda vez, en dos décadas, había dejado al país en el abismo. Sin dinero, sin capacidad de endeudamiento, con el tejido productivo arrasado y doblando la tasa de paro comunitario. Un español tenía el doble de posibilidades de permanecer en el paro que cualquier otro ciudadano europeo.

El entorno político era muy exigente. La oposición muy dura. Para los salientes, sumidos en el descrédito más absoluto, no era fácil recuperarse ante la opinión pública. Para los entrantes era casi imposible contrarrestar con soluciones de futuro que necesitaban tiempo, un escenario aturdido por el drama de las colas del hambre.

Los mayores esfuerzos de la oposición se centraron en dos ámbitos. El primero, tomar la calle. La situación era límite. Las algaradas, dirigidas contra el gobierno que se esforzaba en arreglarlas, continua. La segunda, la persecución quirúrgica de la corrupción. Perseguirla, pero, sobre todo, aflorarla. Aflorarla de forma explosiva en los medios como herramienta de desestabilización y desgaste.

Las dos acciones eran simples, potentes y eficaces, pero tenían un gran pecado original y varios elementos de confusión. La miseria se utilizaba como combustible para atacar a los que la estaban combatiendo y las movilizaciones eran alentadas por los entornos que las habían propiciado. La utilización mediática y tóxica de la corrupción tenía que evitar a toda costa que se contaminara con los multimillonarios casos de despilfarro de la Junta de Andalucía para los que no había alfombras para taparlas ni alcantarillas para esconderlas.

En este escenario se exigía transparencia y buen gobierno. Se demandaba una administración pública más eficiente, más abierta, más democrática, caracterizada por la accesibilidad y transparencia. El envite era de tal magnitud que se legisló al respecto, se creó el “Consejo de Transparencia y Buen Gobierno -CTBG-” un organismo público, que debe rendir cuentas al Parlamento, con personalidad jurídica propia, para salvaguardar el acceso a la información pública y garantizar la observancia de las disposiciones de buen gobierno.

A fecha de hoy el Ministerio de Sanidad, escondiéndose tras la pandemia, está ignorando la práctica totalidad de las peticiones de información de la ciudadanía y de los medios. De hecho, ni contesta al propio consejo. Una manida excusa para no informar de sus contrataciones. Una Los expertos se plantean si su actitud es más de saboteo que cumplimiento.

Lo mismo pasa con la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal española (AIReF). Se crea, en el mismo contexto, para identificar los posibles sesgos de las proyecciones fiscales de las autoridades y evitar la presión de grupos de interés ante los partidos políticos ante inminentes citas electorales. Resulta que su director, usa la puerta giratoria, deja la AIReF y desde Moncloa se alinea con aquellos a los que antes debería combatir. Con ellos, con sus socios radicales neocomunistas y con los herederos de los terroristas.

El resto ya lo saben. Unos Presupuestos Generales del Estado para 2021, en los que los ingresos no garantizan, ni de lejos, cubrir los gastos. Unos PGE que sirven para retirar el castellano como lengua vehicular en la educación de todo el país y que facilitan el cumplimiento de todas las reivindicaciones de los que quieren dividir y hundir a España. Las necesidades derivadas de la pandemia son una buena excusa. Viva la coherencia. Buen finde.


Noticias relacionadas