Si existía alguna duda hasta ahora, la decimotercera victoria en el abierto de tenis de Francia confirma a Rafa Nadal como el mejor deportista español de la historia. La leyenda del mallorquín se acrecienta con el nuevo triunfo en Roland Garros, con el que consigue cifras de récord nunca alcanzadas por otros.
Casi todo se ha dicho ya de la categoría de Nadal, desde que sorprendiera al mundo en 2005 en las pistas de París cuando ganó su primer torneo en la capital francesa, con dieciocho años, su potente golpe directo, su juego de zurda, los pantalones piratas y la camiseta sin mangas. Desde entonces, no ha hecho más que crecer, superando lesiones y adversidades, hasta convertirse en el prodigio que es actualmente. Y que no tiene visos de decaer en un breve plazo de tiempo.
A la leyenda deportiva de Rafa Nadal hay que sumar su categoría como persona, con una vida privada sin estridencias y muy arraigada a Mallorca, hasta el punto de convertirse en la mejor marca de la Isla en todo el mundo. Nadal ha hecho de Manacor y de Mallorca el centro de su vida, como lo demuestra el proyecto de la Rafa Nadal Academy de Tenis que instaló en su municipio natal, donde sigue teniendo su residencia, su familia, su grupo de amigos y el eje de sus actividades.
Es justo reconocer esta labor por su tierra, muy alejada de la imagen poco menos que de especulador urbanístico que pretendían endosarle unos pocos detractores, ahora al frente del consistorio manacorí. Y lo hacían, con gran mezquindad, olvidando la colaboración del tenista en toda acción social que requiera su apoyo, como ocurrió cuando donó un millón de euros a los afectados por las riadas de Sant Llorenç, hace ahora dos años.
Una simple búsqueda de su nombre en Google señala 61,5 millones de entradas, lo que le convierte en un fenómeno mundial que en su tierra debería ser reconocido de forma unánime; por la talla deportiva indiscutible y por la proyección que, en tiempos de crisis reputacional de nuestro país -a cuentas de la mala gestión de la pandemia y los resultados que sitúan a España como séptimo país más afectado en el mundo por la Covid-, es imprescindible potenciar.