Ahora, dos años después de aquellos salvajes hechos, el joven se ha sentado en el banquillo de los acusados por un delito de maltrato animal. Como el animal no falleció, la máxima pena que se le podía imponer era de un año y la defensa aceptó los seis meses además de tres años de inhabilitación para la tenencia de animales y la realización de un curso reeducativo para este tipo de agresores.
La letrada Yolanda Marroig de la Asociación Balear de Abogados por los Derechos de los Animales (ABADA) ha ejercido la acusación popular.
DOS VECINOS DE SON GALLARD, EN SON FERRIOL, HALLARON EL CUERPO MALTRATADO DEL ANIMAL
El cuerpo maltratado del animal fue
hallado por dos vecinos en el interior de un contenedor de Son Gallard, cerca de Son Ferriol a mediados del mes de abril de 2018.
El can había sido maltratado, introducido en una bolsa de tela y arrojado al contenedor.
La pareja alertó a una voluntaria de Son Reus y fue trasladada de urgencia a una clínica veterinaria. El animal pude recuperarse de la paliza - aunque guarda problemas de visión- y ha sido adoptada por una familia.
Poco después, el Seprona detenía al ahora condenado después de una exhaustiva investigación en la que se determinó los lazos de sangre de Vida con otro can gracias a las pruebas de laboratorio de la Guardia Civil. Ello llevaron a la propietaria del otro perro quien indicó quién se lo había vendido: el ahora condenado.