Archivo: Son Coletes
Redacción | Sábado 29 de agosto de 2020
Antropólogos y otros especialistas emezaran este lunes las excavaciones en el cementerio municipal de Bunyola con el objetivo de localizar la fosa común en la que fueron enterradas quince víctimas de la represión franquista, de las que se tiene constancia documental, informó el Govern este sábado.
La previsión inicial es que la intervención en el cementerio de Bunyola concluya el próximo 10 de septiembre.
El Proyecto de intervención en el cementerio de Bunyola, presentado por ATICS en la comisión técnica de desaparecidos y fosas, propone realizar una serie de estudios en el subsuelo del cementerio y corroborar varias informaciones.
Se han establecido tres zonas de excavación: la zona 1 corresponde a la zona ajardinada —de 6,30 metros por 4,80 metros— que se excavará manualmente para evaluar la posibilidad de que se construyera un hoyo para albergar algunos de los asesinados en 1936.
En cuanto a la zona 2, que corresponde en su origen a una fosa común excavada en 1932, en la que fueron enterradas diez personas ina partir de la documentación del proyecto “Todas las Causas” de la asociación Memoria de Mallorca, y donde se analizará la posibilidad de exhumar los cuerpos más modernos —que Aranzadi localizó en el estudio de viabilidad realizado en 2019— para ver si debajo aún quedan restos humanos de 1936.
Finalmente, también se analizará el osario actual, que se ubica actualmente entre dos hileras de nichos — la zona 3—, puesto que podría contener cuerpos procedentes de las limpiezas realizadas en la fosa común.
Según los expertos, sería posible que una gran acumulación de restos humanos más recientes cubran los cuerpos de 1936 e hiciese inviable su retirada.
Actualmente, los especialistas desconocen con exactitud la ubicación de la fosa común de los individuos represaliados por el régimen franquista en 1936 y enterrados en el cementerio de Bunyola, aunque existen indicios de que se situaría en la parte sudeste, un lugar que ha sufrido grandes modificaciones, como la construcción de nichos.
El plan de intervención ha sido elaborado en base a la ficha técnica realizada por el investigador Xavier Margais dentro del Mapa de Fosas comunes de Mallorca; el estudio de viabilidad del cementerio de Bunyola realizado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en mayo de 2019; la documentación recogida en el proyecto “Todas las Causas”, de la Asociación Memoria de Mallorca—un proyecto que cuenta con la clasificación de 2.761 causas judiciales entre 1936-1939, procedentes del Juzgado Togado Militar de las Islas Baleares—;y el trabajo de campo realizado por el equipo de arqueólogos de ATICS.
Entre el 6 de agosto y el 28 de diciembre de 1936, llegaron al cementerio de Bunyola una quincena de cadáveres. Eran hombres que habían sido asesinados por arma de fuego y abandonados en el margen de caminos o carreteras, víctimas de la represión franquista. Antes de ser enterrados fueron objeto de autopsias que determinaron que la mayoría de ellos murieron por hemorragia cerebral, pleural, múltiple.
De estas quince víctimas, nueve están identificadas gracias a diferentes causas judiciales facilitadas por la Asociación Memoria de Mallorca. Se trata de Joan Busquets Cañellas, Josep Cañellas Roser, Antoni Juan Massanet, Rafael Ferriol Grimalt, Pere Suau Riera, Onofre Arbona Jordà, Gabriel Servera Cardell, Guillem Pocoví Samsó y Joan Fiol Martí.
Faltan por identificar seis víctimas, entre las que se podrían encontrar tres menorquines: los hermanos Bartomeu y Sebastià Carretero Gornés, y José Filomeno Pons Sintes. Los tres, naturales de Ciutadella, viajaron juntos a Mallorca porque eran testigos en un juicio. Se cree que fueran asesinados el 12 de noviembre de 1936 y enterrados en Bunyola. Por aquellas fechas aparecieron tres cadáveres en la confluencia de la carretera de Esporles en Santa Maria del Camí con el torrente de ca na Sili. Tres cadáveres que pertenecían a tres personas desconocidas en Bunyola. El historiador y director del Archivo Diocesano de Menorca y del Archivo Municipal de Ciutadella, Marc Pallicer Benejam relaciona este episodio con el descubrimiento de los tres ciutadellencs en la fosa común de Bunyola.
La intervención en el cementerio de Bunyola forma parte del segundo Plan de Fosas del Govern, aprobado por la comisión técnica de desaparecidos y fosas.
Esta es la tercera actuación incluida dentro del plan, después de las excavaciones llevadas a cabo en los cementerios de Sencelles y de Son Coletes, en Manacor. Y le siguen actuaciones en un horno de cal del collado de Artà-Salma, en los cementerios de Ses Figueretes (Eivissa), Valldemossa, Santa Maria del Camí y Porreres.
El inminente inicio de la excavación se ha dado a conocer este sábado en un acto reducido para familiares en el que han participado la consellera de Administraciones Públicas y Modernización, Isabel Castro, el secretario autonómico de Memoria Democrática y Buen Gobierno, Jesús Jurado, el alcalde de Bunyola, Andreu Bujosa, el director general de Memoria Democrática, Marc Andreu Herrera, miembros de la Comisión Técnica de desaparecidos y fosas de las Illes Balears, el conseller insular de Cultura de Menorca, Miquel Àngel Maria y representantes de la empresa ATICS, encargada de la ejecución del segundo Plan de Fosas del Govern.
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