No obstante, la legislación federal impide al presidente adoptar esta decisión por su cuenta y riesgo, y en ningún caso puede llevar adelante una iniciativa similar de forma unilateral. Desde este punto de vista, los observadores creen vislumbrar en el mensaje en redes sociales de Trump la intención de lanzar un ‘globo sonda’ para calibrar la reacción que el retraso en la cita con las urnas suscitaría entre el electorado norteamericano.
En el texto, Trump cuestiona la legitimidad que tendrían unos comicios que, según las previsiones y a tenor de la preocupante evolución que va adquiriendo la curva de la pandemia en Estados Unidos, se dilucidarían, en gran medida, por medio del voto por correo.
En este sentido, el inquilino de la Casa Blanca apunta, fiel a su estilo contundente y directo, que las elecciones de 2020 serán “una gran vergüenza” y “las más fraudulentas de la historia”, a raíz de la relevancia que adquirirá la emisión postal de los sufragios, muy por encima de cualquier otra anterior convocatoria a urnas.
Desde este punto de vista, Trump formula la siguiente propuesta, que sitúa entre signos de interrogación: "¿Aplazamos las elecciones hasta que las personas puedan votar de forma adecuada y segura?".
La pregunta lanzada por el mandatario estadounidense a sus conciudadanos coincide en un momento de claro declive de la popularidad de Trump, cuyo rival en los comicios, el demócrata Joe Biden, le saca ya una clara ventaja en las encuestas. Algunas de ellas asignan a Biden unos rotundos 8.4 puntos porcentuales sobre Trump, un margen que, a medida que transcurren las semanas y se agrava no solo la curva del Covid sino también los datos económicos, se va acrecentando de forma imparable.