No es malo ser positivo, optimista, incluso creyente si me apuras y cree en lo que quieras, en Dios, en Alá o en ti mismo pero la cuestión es sumar. En los tiempos que corren y ante la incertidumbre de la situación una buena actitud personal es más que necesaria. Al igual que muchos yo venero y hago mía esa frase de “yo nunca pierdo, o gano o aprendo”. Al momento le pongo positivismo y ganas y también muchas horas de pie y con mascarilla. Pero lo que escuchamos repetidamente este verano no es cuestión de fe, ni siquiera un tema de trabajar más, a mi entender sería magia porque los milagros, ni en Lourdes.
Que estamos ante una temporada diferente, rara, atípica, inesperada, una mala temporada turística, sin previsiones, o más que sin ellas es que estas son imprevisibles nadie lo pone en duda.
Que todo cambia minuto a minuto, que cumplir objetivos o hacer planes es como jugar a la ruleta rusa, que ganamos y perdemos reservas a diario es una realidad. Que empresarios y trabajadores y Govern estamos apostando dentro de las dificultades para que las cosas vayan lo mejor posible es latente y dicho sea de paso unos más que otros, ya que aún esperamos las ayudas prometidas.
Pero a lo que íbamos y a ver si lo he entendido bien…. Está calando la idea lanzada por quienes nos gobiernan que este año la temporada se alargará, que aquellos que pensaban visitarnos en abril y mayo lo harán en otoño, que los hoteles que han abierto en julio o lo harán en agosto podrán mantener abierto hasta la próxima primavera con ocupaciones razonables. Si eso ocurre, que en mi modesta opinión es poco probable habremos conseguido la tan ansiada desestacionalización y además sin invertir ni un céntimo, sin esfuerzos de promoción, sin campañas, sin ferias. Después años de empeño, de millones de euros tirados, de eslóganes con imaginación, habrá sido gracias al COVID y por arte de magia.
Pues permítanme que les diga, que algo no habré entendido bien, pero con imposiciones de cuarentena como las del gobierno de Noruega a todos los que nos visiten, el constante aumento de infectados y rebrotes, zonas turísticas medio cerradas y que el tiempo en noviembre a buen seguro será el mismo de siempre, me cuesta creer que recordaremos el 2020 como el gran invierno, pero hagan ustedes sus apuestas.